Las autoridades de una cárcel de Zenica, en la Bosnia central, descubrieron que cuatro prisioneros habían logrado amaestrar a varias palomas mensajeras que les llevaban la droga hasta la prisión en saquitos sujetos a sus patas. Así, los presos se abastecían de cocaína y heroína utilizando palomas mensajeras, cuya cría les había sido permitida como una forma de “terapia laboral”.
El subdirector de la institución Josip Pojavnik,relató estos hechos en el diario “Nezavisne novine”.
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