La insistencia de la profesora Eddy Jovanny Batista por imponer la disciplina en su aula de la escuela Juan Pablo Duarte, de Hato Mayor, desató la ira de la estudiante de 14 años de edad que el pasado lunes intentó envenenarla dándole a tomar un jugo con “plomerito”, una sustancia que se utiliza para limpiar cañerías.La profesora del séptimo grado, que lleva 28 años impartiendo docencia, regresó hace dos semanas a la escuela, luego de permanecer varios meses incapacitada como consecuencia de un accidente y se encontró con que los estudiantes se presentaban al aula sin uniforme, permanecían en los pasillos en las horas de clases y usaban prendas de vestir inapropiadas.
El licenciado Robín Castro, director del plantel, argumenta que la jovencita, cuyo nombre se omite por razones legales, quería que volviera al plantel una profesora interina más permisiva de los caprichos de los alumnos del curso.
“Ella empezó a poner orden, a prohibir a los estudiantes que salieran a los pasillos en horas de clases, a exigirles que vinieran con sus uniformes y a prohibirle a las hembras que vinieran con argollas”, cuenta el educador, refiriéndose a la profesora agredida.
Castro definió a la jovencita, que fue traslada a la cárcel para menores de Najayo, como “una estudiante problema”, de muy baja disciplina y calificaciones.
En el año 2007 repitió el sexto grado y los profesores llamaron en varias oportunidades la atención de su madre, en un intento porque subiera sus calificaciones.
“El año pasado ella hizo un esfuerzo por mejorar las calificaciones, pero seguía pasillando y su comportamiento no era el mejor”, dijo.
Aunque Castro considera la agresión a la educadora como un hecho aislado, en un plantel de más de 2,200 estudiantes y dos tandas de clases, dice que esa comunidad educativa se encuentra muy preocupada por el incidente.
No descarta que la joven estudiante tuviera un cómplice que la indujera a cometer el hecho. “Ella culpa a otros jovencitos, pero ellos niegan haber participado”, afirma.
La profesora Batista, quien lleva 15 años impartiendo docencia en la escuela Juan Pablo Duarte, fue dada de alta de la clínica del Niño, de San Pedro de Macorís, pero sufre un estado depresivo.
“Pedimos a Dios por su completa recuperación”, manifestó el director del plantel.
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