SEPULTAN EL CHILE CANTOR VICTOR JARA

Miles de personas acompañaron el sábado los restos del cantor popular Víctor Jara hasta el cementerio donde finalmente descansará en paz, a pesar de que aún se desconoce la identidad de los militares que lo asesinaron hace 36 años.



Joan Jara, su viuda de 82 años, encabezó la que a ratos se convirtió en una torturante romería que recorrió unas 40 cuadras, durante casi cinco horas. La multitud en varias oportunidades se abalanzó hacia el vehículo fúnebre que transportaba el ataúd del cantor popular, actor teatral y luchador social comunista.

La urna era la misma que lo contuvo por 36 años en un humilde nicho de un patio del Cementerio General. Precedían la carroza grupos artísticos que bailaban batucadas o tocaban música folclórica, al tiempo que trataban de abrir paso al vehículo fúnebre. Jóvenes comunistas, con sus clásicas camisas rojas, se entrelazaron los brazos para contener al público apostado a los largo del recorrido.

“Quiero verlo, quiero verlo”, lloraba una mujer de unos 50 años, que había esperado por horas el paso del cortejo, pero que fue alejada del lugar al paso del vehículo fúnebre, que recién había sido cubierto de pétalos de flores al pasar frente a las pérgolas de vendedores de arreglos florales, a pocas cuadras del cementerio.

El calor primaveral no fue impedimento para que más de 6.000 personas, según la policía, acompañaran los restos del cantor, que salieron antes del mediodía desde un galpón de la Fundación Víctor Jara, creada por su viuda y que se convirtió en un centro de creación artística de las nuevas generaciones.

“Vine porque supe su historia y me apasionó, fue una gran persona”, dijo a la AP Carolina Romero, de 22 años.

El ataúd de Jara estuvo expuesto desde el jueves, día y noche, para que el pueblo se despidiera del artista, que un 18 de septiembre de 1973 fue enterrado clandestinamente por Joan, luego que un funcionario del registro civil le avisara que el cuerpo acribillado de Jara yacía junto a centenares de cadáveres que llenaban el instituto forense de esta capital.

La violencia desatada por los militares tras el golpe liderado por el general Augusto Pinochet, un 11 de septiembre, dejó 1.197 detenidos-desaparecidos, y Víctor Jara estuvo a punto de ser uno más, si el funcionario público no lo hubiera reconocido y avisado a Joan. Entre quienes acudieron a rendirle homenaje al galpón estuvo la presidenta Michelle Bachelet, dirigentes comunistas, y ex compañeros de trabajo de la Universidad Técnica del estado, hoy Universidad de Santiago.

Jara, de 40 años, murió torturado y acribillado en uno de los camarines del Estadio Chile, el primer campo de prisioneros habilitado por la naciente dictadura, que se prolongó hasta marzo de 1990, de acuerdo con informes oficiales.

Murió por “múltiples heridas de proyectil, en todo el cuerpo, cráneo, piernas, brazos, tórax, y que significaron un shock hemorrágico agudo”, resumió a la AP el director del Servicio Médico Legal (SML), doctor Patricio Bustos. “Tenía también fracturas provocadas por otro tipo de objeto contundente, no por balas”, agregó .

Los restos del cantor fueron exhumados el 4 de junio, y su identidad fue corroborada en un laboratorio estadounidense y sus huesos fracturados fueron examinados en el SML. Resta conocer el informe balístico de la policía de investigaciones que establecerá el tipo de balas que lo mataron: si son de grueso calibre.
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Editor Gazcue es Arte

Master en Educación Superior mención Docencia, Licenciado en Comunicación Social, Técnico Superior en Bibliotecología y Diplomado en Ciencias Políticas, Columnista del periodico El Nuevo Diario

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