Llegar a Marte en 39 días contra al menos seis meses con los actuales sistemas de propulsión sería perfectamente posible con un motor de plasma VASIMR, aseguró el inventor de este concepto en una entrevista con la AFP.
La confianza que muestra Franklin Chang-Diaz, un físico del MIT y ex astronauta de 60 años que voló siete veces al espacio a bordo de un transbordador, es compartida actualmente por la Nasa, la agencia espacial estadounidense.
Al anunciar a fines de enero en su proyecto de presupuesto 2010 que abandona el programa Constellation -de regreso de los estadounidenses a la Luna para 2010, como paso previo a la conquista de Marte- el presidente Barack Obama subrayó que la Nasa consagraría muchos más recursos al desarrollo de nuevas tecnologías, como el motor VASIMR, en cooperación con el sector privado, para la exploración habitada del futuro.
"Esto es un cambio interesante para la Nasa, que habría tenido que hacerse hace 10 o 20 años", estima Frankin Chang-Diaz, de origen costarricense, destacando que en el inicio del proyecto VASIMR (Variable Specific Impulse Magnetoplasma Rocket) a mediados de la década del 2000, la agencia espacial le aportaba un apoyo mínimo.
"La Nasa nunca había pensado realmente en un sistema de propulsión de cohete no química y preveía enviar a astronautas a Marte con motores químicos, lo que para mí no es posible", estimó.
El científico estima que con este sistema la duración total del viaje sería de casi tres años, con una estadía obligada de 18 meses en Marte, a la espera de la apertura de la ventana de tiro para el regreso.
La distancia Tierra-Marte varía entre 55 y 400 millones de km según un ciclo de un año y medio.
Con VASIMR se puede ir a Marte y volver en el mismo ciclo, en un periodo de cinco a seis meses en total, predijo Franklin Chang-Diaz, evitando así exponer a los astronautas demasiado tiempo a las radiaciones cósmicas peligrosas.
Contrariamente a los motores de cohetes que queman pólvora o mezclas de carburante líquido para alcanzar rápidamente gran velocidad, VASIMR utiliza una fuente eléctrica -solar o reactor nuclear- para ionizar hidrógeno, helio o deuterio, transformados en plasma calentado a muy altas temperaturas (11 millones de grados Celsius).
Este plasma es acelerado y dirigido por campos magnéticos en toberas -sin tocar las paredes- para propulsar la nave espacial.
Este motor tiene la característica de acelerar en forma continuada. Así, un viaje a Marte requeriría invertir la potencia del motor a mitad del trayecto, cuando la velocidad alcanzaría, según los cálculos del científico, 55 km por segundo (198.000 km/hora) de manera de poder frenar a tiempo para que la nave pueda ser atraída, sin quemarla, por la fuerza gravitacional de Marte.
Pero antes de desarrollar un motor de este tipo para una misión habitada marciana que requeriría una potencia de 200 megavatios (200 millones de vatios), es necesario poner a punto un VASIMR más pequeño.
Para eso la Nasa ya firmó un acuerdo con la firma Ad Astra Rocket, creada por Chang-Diaz en 2005, para poner a punto esta tecnología ya probada en la Tierra con éxito, en una cámara de vacío, en mayo de 2009.
Actualmente el objetivo es el despliegue orbital, previsto para fines de 2013, en la Estación espacial internacional (ISS), del primer prototipo de motor VASIMR, con una potencia de 200 kilovatios, el VX-200.
Ad Astra Rocket negocia con las firmas estadounidenses SpaceX y Orbital Science Corp. para el lanzamiento.
El mercado potencial para este poderoso y económico motor espacial es "enorme", explica el presidente de Ad Astra Rocket.
Citó el mantenimiento de satélites, la colocación periódica en la órbita correcta de la ISS o misiones robóticas a la Luna, Marte y más allá.
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