
El tema lo sugiere un lector amigo que señala algunos aspectos del mismo.
Por ejemplo: los jóvenes van bien vestidos, aparentemente con buena escuela, pero no son capaces de tirar en un zafacón ningún desperdicio. La calle y la acera no tienen que estar limpios, parecen decir.
El joven que sale limpiecito de su casa, mientras los alrededores de la misma son un arrabal lleno de basura: "Eso le toca al ayuntamiento", dicen para sí mismos.
Al parecer, somos individualistas hasta en la limpieza. Me preocupa como luzco, como huelo, pero no me importa cómo huela mi ciudad, ni si mi vecindario parece una pocilga.
Nadie parece ser capaz de retener por unos minutos un papelito en las manos esperando dónde botarlo, ni parece que los automóviles tienen bolsas para la basura, que las regalan en los lavaderos.
Lo que importa es el yo. Los demás, que se la busquen como puedan.
Una ciudad limpia no es la que mejor recoge su basura, sino la que menos se ensucia y esta ciudad está llena de polvo por el individualismo de los constructores, de basura y de desperdicios de todo tipo... Pero andamos limpios... ¿Por cuánto tiempo?...
atejada@diariolibre.com
Compartirlo


0 comentarios:
Publicar un comentario
GRACIAS POR VISITAR GAZCUE Y DEJAR TU COMENTARIO.