UBALDO JIMENEZ DICE SIEMPRE IMAGINO SERIA UN MEDICO

TUCSON. Arizona (Yahoo Sports). Cuando Ubaldo Jiménez cumplió 16 años, los Mets de Nueva York le ofrecieron 20,000 dólares para firmarlo. Su padre, Ubaldo Sr., manejaba un autobus de la ciudad. Su madre, Ramona, trabajaba como enfermera. En la empobrecida República Dominicana, esto era cambiar de vida con el dinero,una condición que nadie declina.



“Mis padres dijeron no”, dijo Jiménez. “Ellos no quisieron que yo firmara hasta que terminara el bachillerato. Siempre respeté a mis padres y sabía que era lomejor para mí, así que no firmé. Siempre me imaginé que sería un médico de todas maneras”.

Hoy, el tirador de los Rockies de Colorado lanza una pelota más duro que cualquier otro abridor en las mayores y su brazo imcomparable no es cercanamente su aspecto más intrigante. Eso sería quien es Jimenez a pesar –y quizas donde creció.

La educación dominicana es pobre. Menos de la mitad de los niños del país asisten a la escuela secundaria y un número significativamente más bajo se gradúa.. El país gasta un poco más del 2 por ciento de su Producto Bruto Interno en educación, cerca de 60 por ciento menos que los Estados Unidos. La cultura se traga generaciones de jóvenes y el ciclo de pobreza continúa completo.

El béisbol ofrece una oportunidad de escape para los muchachos que ahora ven que más del 10 por ciento de los peloteros de las Grandes Ligas son descendientes de dominicanos y así que no es nada para un “buscón” –un agente cazador de talentos- sacar un niño de 12 años de la escuela, colocarlo en una academia de béisbol durante cuatro años y ofertarlo a los equipos a los 16 años como un agente libre internacional.

Los padres de Jiménez veían la penuria de su tierra y quería algo diferente, y como ellos cultivaron en su hijo el amor por el béisbol, ellos se garantizaron la nutrición mental también. Jiménez tomó lecciones de inglés cerca de su casa en San Cristóbal los fines de semana y una vez Ubaldo Sr. y Ramona se dieron cuenta que estas clases estaban por debajo del nivel, lo enviaron donde su hermana mayor, Leydis, una hora en autobús a la capital, Santo Domingo, para una mejor tutoría. Jiménez curiosamente creció y así también su habilidad para lanzar la bola.

“Adoraba la medicina”, dijo. “Mi mama es enfermera. Es algo que crecí viéndolo. Cada vez que una persona se enfermaba, mi mamá erala única que lo ayudaba a sentirse mejor”.

Leidys está estudiando para ser una doctora. Ubaldo escogió tomar su escalpelo a los bateadores.




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Editor Gazcue es Arte

Master en Educación Superior mención Docencia, Licenciado en Comunicación Social, Técnico Superior en Bibliotecología y Diplomado en Ciencias Políticas, Columnista del periodico El Nuevo Diario

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