
Inspectores del organismo regulador detectaron que Balderas, quien posee una agencia de cambio en Nagua y una sucursal en Samaná, siguió cambiando dinero en su local principal, a pesar de que la Superintendencia de Bancos ordenó el cierre de ambos negocios por funcionar de manera ilegal.
En esa ocasión, el fiscal adjunto de Nagua, Braulio Duarte,advirtió que Baldera no podría abrir el local hasta tanto completara la solicitud de autorización que inició en 2008 y que no obtuvo por falta de algunos documentos.
Operar una agencia de cambio sin licencia es considerado como una infracción muy grave por la Ley Monetaria y Financiera y el Reglamento Cambiario, acción por la cual se establecen multas de hasta 10 millones de pesos.
Cuando una persona o entidad vuelve a cometer esa infracción se considera lavado de activos.
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