Mis cálculos en sondeos personales y en opiniones de periodistas, deportivos o no, arrojan un resultado de 98 por ciento a favor de que Bud Selig le conceda el juego perfecto al venezolano Armando Galarraga.He escuchado toda clase de insultos contra el comisionado de MLB porque, desde una oficina fría, no echó hacia atrás la decisión de un juez que aunque se arrepintió, y hasta lloró, tuvo su oportunidad de discernir, y lo hizo.
Ahora se está ponderando la decisión sobre un juego perfecto, pero qué sucedería si se tratase sobre una violación, sin chance a la especulación, que varíe el resultado de una Serie Mundial y sus implicaciones ($).
Es un buen momento para ponderar que a partir de ahora se podrían integrar las revisiones instantáneas al juego de pelota, quizás exceptuando las bolas y los strikes, aunque la Mayor League Baseball ha tenido temor de “deshumanizar” el juego.
Finalmente, lo que quiero resaltar es la solidaridad humana que pide a Selig cambiar un resultado de campo, aunque para ello tenga que violar la ética de su puesto y utilizar herramientas que no tiene a manos.
¿Qué tiene más valor?
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