ORIGEN DE LOS NOMBRES DE LOS MESES DEL AÑO

Los romanos fueron los que nombraron los meses del año y expandieron su uso a casi todos los lenguajes europeos. La leyenda cuenta que Rómulo, uno de los creadores de Roma, dividió el año en diez meses. El calendario comenzaba en la primavera con el mes de Marzo y se componía de los siguientes meses: Martius (Marzo, de Marte, dios de la guerra), Aprilis (Abril, de aperire, abrir, por ser la época en que comienza a desarrollarse la vegetación, brotan los retoños y se abren las flores en la zona templada del norte), Maius (Mayo, de Maia, diosa de la floración y la mayor de las siete Pléyades, hija de Atlas y Pleyonea), Iunius (Junio, de Juno, esposa de Júpiter y diosa del matrimonio y el hogar), Quintilis (quinto mes), Sextilis (sexto mes), September (séptimo), October (octavo), November (noveno) y December (décimo).

El período de invierno (el período de lo que son ahora los meses de Enero y Febrero) no contaba, pues en esa época no había ni actividades religiosas ni agrícolas, pero los romanos añadieron dos meses más al final del año: Januarius (mes consagrado a Janus, el dios de dos caras que miraban el pasado y el porvenir) y Februarius ( de purificar, por alusión a las fiestas lupercales, en las que los sacerdotes golpeaban con varas (februum o vara) las espaldas de las mujeres para purificarlas. Los romanos consagraban este mes, el más corto, a Neptuno, dios de los océanos).

Sin embargo, en el siglo II a. de C., por cuestiones derivadas de necesidades de gobierno, los nuevos cargos políticos que se sustituían cada año, debieron iniciar sus funciones anticipadamente: el 1ro de Enero en lugar del 1ro de Marzo. Esto provocó que ya siempre fuera así, pues los cargos políticos republicanos sólo podían permanecer un año en el poder. Así que por motivos prácticos se cambió el inicio del año al 1ro de Enero.

Sin embargo, el calendario que actualmente tenemos se debe a la reforma realizada por el emperador romano Julio César, pues el anterior, por la duración de los meses, no conseguía ajustar con el ciclo real del sol. Julio César reclamó la colaboración de Sosígenes, un astrónomo de Alejandría que conocía muy bien el año solar que ya los egipcios habían medido perfectamente. Con su ayuda, asignó la duración adecuada en días a los meses y estableció que cada cuatro años Febrero tuviera un día más para ajustarse al sol.

El mes Quintilis fue renombrado a Julio en honor de Julio César (nació en ese mes). Después del asesinato de Julio César, su hijo adoptivo, el emperador Octaviano, bautizado Augusto, tomó el poder. El senado romano honró a Augusto cambiando el nombre de Sextilis a Augusto. En el calendario juliano, Quintilis (Julio) tenía 31 días y Sextilis (Agosto) tenía 30. Cuando Augusto se dio cuenta de eso, mandó a quitar un día a Febrero y ponérselo a Agosto.



De Annet Cárdenas
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Editor Gazcue es Arte

Master en Educación Superior mención Docencia, Licenciado en Comunicación Social, Técnico Superior en Bibliotecología y Diplomado en Ciencias Políticas, Columnista del periodico El Nuevo Diario

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