Desde los años del mítico Julius Earving, el "Doctor J", hasta Dwight "Superman" Howard; pasando por los duelos inolvidables de Michael Jordan frente a Dominique Wilkins.
Hemos visto hombres levitar en el aire desafiando la gravedad, hemos visto atletas saltar desde la línea de tiros libres hasta el aro suspendidos en el aire.
Un pequeño gigante como Nate Robinson demostró que hay hombres con resortes instalados dentro de sus piernas.
Algunos incluso rompieron tableros con el peso descomunal de sus cuerpos volcados sobre la cesta. Pero lo de Blake Griffin pasó a otro nivel.
El chico de Oklahoma que hace vibrar a los fanáticos de la NBA cada noche con su increible don para saltar más que sus rivales y clavar la bola en todas las formas imaginables, llegó al desafío de volcadas del fin de semana de estrellas en el Staples Center de Los Ángeles - que es además su casa, pues juega para Los Clippers - con una motivación adicional.
Su mejor amigo había muerto la semana anterior y él le había prometido que haría algo inolvidable en su honor.
Blake guardó su mejor truco para el final, cuando llegó la hora de definirlo todo, Baron Davis apareció por el "sunroof" de un coche de lujo ubicado justo debajo del aro, hizo el "alley" y Griffin saltó sobre el la tapa del auto para completar el "oop".
Hay que verlo para creerlo, Griffin ganó el desafío de triples, como se esperaba e impuso un nuevo mito en el ya histórico duelo.
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