El término "manga" en japonés designa a las historietas gráficas en general. Ese mismo nombre es el que se utiliza para referirse, fuera de Japón a las historietas realizadas en ese país asiático. En tanto que "animé" concierne exclusivamente a los dibujos animados japoneses basados generalmente en las propias historias de las "manga". El manga tiene sus orígenes, según algunas fuentes consultadas, en los siglos XI y XII, pero su resurgimiento llegó a partir de los años 60 del siglo pasado, cuando surgieron títulos tan conocidos luego a nivel internacional como "Astroboy". Estas historietas niponas abarcan una amplia variedad de géneros, y llegan a públicos de muchos tipos y edades diferentes. El "manga" constituye una parte muy importante del mercado editorial de Japón y motiva múltiples adaptaciones a distintos formatos: series de dibujos animados -animé-, o de imagen real, películas, videojuegos y novelas. Actualmente, cada semana o mes se editan nuevas revistas con entregas de cada serie, al más puro estilo del folletín, protagonizadas por héroes cuyas aventuras en algunos casos seducen a los lectores durante años. Desde los años ochenta del siglo XX, el "manga" se ha ido expandiendo también a los mercados occidentales. Ya en los años 60, el "mangaka", como se denomina a los autores de manga en japonés, Osamu Tezuka, había vendido los derechos de emisión de su primer Astro Boy a la cadena estadounidense NBC, obteniendo un éxito notable entre la audiencia infantil. Posteriormente, se sucedieron las series de animación Mazinger Z y Great Mazinger.
En cuanto al "animé", tradicionalmente es dibujado a mano, pero en la actualidad, como resultado del desarrollo tecnológico, se ha vuelto común la animación en computadora. Sus guiones incluyen gran parte de los géneros de ficción y son transmitidos a través de medios cinematográficos (transmisión por televisión, distribución en formatos de video doméstico y películas con audio). La relación del "animé" japonés con el "manga" es estrecha, pues históricamente una gran cantidad de series y trabajos de "animé" se basan en historias de manga populares.
El estilo de animación en estos dibujos animados japoneses es bien peculiar, comparada con la de los dibujos animados occidentales, tales como los de Disney, en Estados Unidos. Los estudios en los que se realiza "animé" en Japón han perfeccionado técnicas para utilizar la menor cantidad de cuadros de animación por segundo que sea posible (8 cuadros por segundo), tales como mover o repetir escenarios, imágenes de los personajes que se deslizan por la pantalla, y diálogos que impliquen animar únicamente las bocas mientras que el resto de la pantalla permanece estática. En los "animé" también es muy particular el diseño de los personajes, que por lo general tienen ojos muy grandes, ovalados, muy definidos y con colores llamativos, mientras que la nariz y la boca son diminutos.
De Annet Cárdenas
Master en Educación Superior mención Docencia, Licenciado en Comunicación Social, Técnico Superior en Bibliotecología y Diplomado en Ciencias Políticas, Columnista del periodico El Nuevo Diario
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