HOY SE CUMPLEN 87 AÑOS SALIDA TROPAS EE.UU. 1924

La primera intervención económica de Estados Unidos en la República Dominicana data de 1893, cuando una firma bancaria americana, la “Santo Domingo Improvement Co.”, compró una deuda de 170.000 libras esterlinas (pendiente de pago a una compañía holandesa), que le dio “el derecho” a recaudar la renta aduanera dominicana para cobrar dicha deuda. La deuda de marras había sido contraída por el presidente Ulises Heaureaux para comprar armas para combatir a los que se rebelaban contra su dictadura.

En 1909 el presidente Juan Isidro Jiménez resistió que se siguiera explotando las arcas aduaneras dominicanas con la susodicha deuda, pero intervino el Departamento de Estado de Estados Unidos y forzaron unas “negociaciones” donde el gobierno dominicano fue obligado a comprar la deuda de la “Santo Domingo Improvement Co.” por $4,500,000.00, un precio cinco veces mayor que el de la deuda original.

Castigaban así al fisco dominicano con una super plusvalía de ganancia. Era un negocio típicamente generoso para el bolsillo capitalista de Estados Unidos. A partir de entonces, el país dominicano se vio constantemente amenazado por el Coloso del Norte hasta el día 4 de mayo de 1916 cuando los infantes de marina yanquis al mando del almirante Caperton, desembarcaron y ocuparon el país.

Para esa fecha la República Dominicana carecía de un liderato gubernamental estable. El anciano y enfermo presidente Jiménez renunció a la presidencia y ésta fue tomada interinamente por el doctor Federico Henríquez y Carvajal, presidente del Tribunal Supremo de la República.

Henríquez y Carvajal fijó una posición nacionalista frente al jefe de la ocupación militar y frente a las demandas de los ocupadores. Fue inmediatamente nombrado presidente por el Congreso de la República en sustitución de Jiménez, pero no llegó a tomar posesión del cargo ya que renunció a la Presidencia por falta de unanimidad y cooperación de sus compatriotas, y regresó al Tribunal Supremo. Por otro lado la resistencia a la invasora infantería de marina yanqui era muy débil o casi ninguna.

El Ejército Nacional se había desbandado y no tenía ni armas ni municiones para hacerle frente a las tropas de los marines. Hubo una resistencia de los “gavilleros” (guerrilleros populares) pero no fue suficiente. La ausencia de resistencia dejó la puerta abierta a los abusos de la marinería sádica que cometía toda clase de tropelías contra el pueblo intervenido. El 25 de julio el Congreso dominicano nombró presidente de la República al doctor Francisco Henríquez y Carvajal, hermano de Federico, el renunciante, quien nombró a éste Secretario del Interior.

El 29 de noviembre de 1916 el capitán yanqui H. S. Knapp emitió una proclama al pueblo dominicano donde le informaban que se establecía el régimen militar de Estados Unidos y quedaban intervenidas todas las funciones del gobierno dominicano. Decretaron la ley marcial; las autoridades dominicanas fueron despojadas de su poder; disolvieron la Legislatura; sustituyeron los tribunales de justicia por consejos de guerra; sustituyeron la policía por marines; coartaron la libertad de prensa; controlaron el servicio de correos y las comunicaciones; procedieron a cobrar todos los impuestos o contribuciones; y se declaró al capitán Knapp “legislador, juez y ejecutivo supremo” de República Dominicana.

Era el típico acto de piratería imperialista que habían ensayado a raíz de la llamada Guerra Hispanoamericana, cuando se apoderaron de Puerto Rico, Filipinas, Guam, además de mediatizar la independencia de Cuba al reservarse el derecho de intervención.

Contra los “gavilleros” habían decretado los militares yanquis órdenes específicas, de matarlos e investigar después. Contra quienes no obedecían los llamados a las concentraciones de población, que ordenaban a barrios enteros reunirse para que proveyeran a los marines de artículos y productos de consumo, tenían órdenes como la siguiente: “Vencido el plazo para la reconcentración, debe dispararse contra cualquiera persona que se encuentre en los campos, sea hombre, mujer o niño, porque es un rebelde a las disposiciones del gobierno; los ranchos deben ser incendiados; las siembras totalmente destruidas; los animales que se encuentren deben ser fusilados también y si no se pueden aprovechar para la tropa deben ser incinerados incontinenti; que no quede en las dos regiones nada, absolutamente nada que pueda servir de alimento ni de abrigo a los rebeldes, ni gente que pueda darles informaciones”. Esa fue la democracia que practicaron en la invasión.

Los marines de Estados Unidos estuvieron ocho años saqueando y abusando a la República Dominicana. El 26 de junio de 1924, el Congreso Dominicano ratificó el tratado de evacuación con Estados Unidos y los marines empezaron a retirarse el 12 de julio. Se fueron pero dejaron un representante, a Trujillo, que les protegió sus intereses con una sangrienta dictadura que duró treinta y un años de opresión, explotación y atraso en la República Dominicana.


Por José Manuel Torres Santiago

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Editor Gazcue es Arte

Master en Educación Superior mención Docencia, Licenciado en Comunicación Social, Técnico Superior en Bibliotecología y Diplomado en Ciencias Políticas, Columnista del periodico El Nuevo Diario

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