Escrito por: Juan Carlos García
(juajua24@hotmail.com)
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La versión de EE.UU. de lo que aconteció esa mañana de septiembre es de todos conocida.
Con el tiempo surgió un movimiento “conspiranoico” que prolifera en el ciberespacio. Hay los que culpan del atentado a Bush y al Majestic 12, para hacerse con el poder mundial, creando así una verdad virtual paralela a la verdad real del oficialismo.
Las Torres medían 415 m de altura, valoradas en 3,500 millones de dólares, donde trabajaban 42.300 empleados, visitadas por 150.000 personas diariamente y en donde más de 430 compañías de 78 países diferentes tenían sus oficinas. Poseía 104 ascensores que alcanzaban una velocidad de 8,2 m por segundo, transportando diariamente alrededor de 80.000 personas. La antena de televisión que se elevaba en una de las torres medía 109 m.
El 7 de agosto de 1974, el francés Philippe Petit pasó caminado desde una torre a la otra usando un cable tensado. Un año después, un desempleado se lanzó en paracaídas en medio de un singular acto de protesta.
En 1977 un escalador demoró 3 horas para subir uno de sus muros. Minoru Yamasaki, uno de los arquitectos del proyecto, sufría vértigo y nunca quiso ver su obra desde el último piso. Además tampoco vio su derrumbe porque murió en 1986.
Con la implosión se perdieron 1,680 millones de documentos. La torre sur se derrumbó 59 minutos después del impacto del avión, produciendo una repercusión sismográfica en la escala Richter de 2,3. La torre norte que recibió el primer impacto, se derrumbó una hora 43 minutos después, produciendo una temblor de 2.1.
El asesinato de John F. Kennedy fue visto por 23 millones de personas, en 1963. El colapso de las torres gemelas fue presenciado por 800 millones de pares de ojos, justamente hace 10 años.
Con el tiempo surgió un movimiento “conspiranoico” que prolifera en el ciberespacio. Hay los que culpan del atentado a Bush y al Majestic 12, para hacerse con el poder mundial, creando así una verdad virtual paralela a la verdad real del oficialismo.
Las Torres medían 415 m de altura, valoradas en 3,500 millones de dólares, donde trabajaban 42.300 empleados, visitadas por 150.000 personas diariamente y en donde más de 430 compañías de 78 países diferentes tenían sus oficinas. Poseía 104 ascensores que alcanzaban una velocidad de 8,2 m por segundo, transportando diariamente alrededor de 80.000 personas. La antena de televisión que se elevaba en una de las torres medía 109 m.
El 7 de agosto de 1974, el francés Philippe Petit pasó caminado desde una torre a la otra usando un cable tensado. Un año después, un desempleado se lanzó en paracaídas en medio de un singular acto de protesta.
En 1977 un escalador demoró 3 horas para subir uno de sus muros. Minoru Yamasaki, uno de los arquitectos del proyecto, sufría vértigo y nunca quiso ver su obra desde el último piso. Además tampoco vio su derrumbe porque murió en 1986.
Con la implosión se perdieron 1,680 millones de documentos. La torre sur se derrumbó 59 minutos después del impacto del avión, produciendo una repercusión sismográfica en la escala Richter de 2,3. La torre norte que recibió el primer impacto, se derrumbó una hora 43 minutos después, produciendo una temblor de 2.1.
El asesinato de John F. Kennedy fue visto por 23 millones de personas, en 1963. El colapso de las torres gemelas fue presenciado por 800 millones de pares de ojos, justamente hace 10 años.
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