Samantha Garvey vive albergue de Long Island y participa en premio de US$100,000
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| Samantha Garvey |
BRENTWOOD, Nueva York AP. Samantha Garvey y su familia llevaban varios días viviendo en un albergue de Long Island cuando se enteraron de que la chica de 17 años, aspirante a convertirse en bióloga marina, había llegado a las semifinales de un prestigioso concurso científico nacional de Intel.
Ahora, las donaciones llegan, el condado busca una vivienda con renta subsidiada para la familia y la brillante alumna podrá hacer su tarea de la escuela otra vez en un hogar. ``Esto es la cosa más asombrosa que uno puede pedir'', dijo la bajita Garvey en una conferencia de prensa el viernes, rodeada de sus padres, hermano, hermana y un grupo de políticos y funcionarios escolares. ``Todos estamos llorando'', dijo después de que Steve Bellone, ejecutivo del condado de Suffolk, anunció que el Departamento de Servicio Social había localizado una vivienda cercana con tres alcobas donde la familia podría vivir.
``Esto es lo que siempre hemos querido''.
Garvey es una de los 300 adolescentes en todo el país nombrados esta semana semifinalistas en el prestigioso concurso científico de Intel.
Los finalistas serán anunciados a finales de enero. El premio mayor del concurso consta de 100.000 dólares.
Garvey pasó más de dos años investigando los efectos de un cangrejo asiático (Hemigrapsus sanguineus) en la población de mejillones en una marisma en Long Island.
``Lo que descubrió Sam fue que, como cualquiera, luego de ser atacada, una especie desarrolla un concha más resistente'', dijo su maestra de investigación científica, Rebecca Grella.
``Estos mejillones eran capaces de incrementar el grosor (de la concha) y protegerse a sí mismos en contra del depredador''.
Grella hizo notar el vínculo entre los desafíos que enfrenta Garvey y aquéllos de los moluscos que estudia. ``Creo que es una asombrosa metáfora'', dijo Grella, ``y veo a Sam como un mejillón más fuerte''.
La estudiante de la escuela de Brentwood, que ha solicitado su entrada a las universidades de Yale y Brown, fue desalojada junto con su familia de su casa la noche de Año Nuevo.
Su madre Olga, una asistente de enfermera, está desempleada desde hace ocho meses luego de un accidente automovilístico en febrero, y su padre Leo no pudo pagar las cuentas solo con su salario como taxista.
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