Katiuska Blanco Castiñeira, en libro en dos tomos de 1,300 páginas, narra episodios desconocidos de la vida de Castro; edición RD es prologada por Hamlet Hermann
Escrito por: José Rafael Sosa
(joserafaelsosa.com)
Desde que Hamlet Hermann conoció el libro “Fidel Castro, Guerrillero del Tiempo”, probablemente el más amplio y detallado testimonial escrito sobre la vida del líder de la Revolución Cubana, y que abarca desde su nacimiento en la campiña cubana hasta la entrada triunfal en La Habana el 1 de enero de 1959, al derrocar al dictador Fulgencio Batista, pensó para sus adentros: “Este libro debe tener una digna edición dominicana”. Su deseo se ha cumplido y con orgullo presentará el producto editorial con una edición en dos tomos, con un diseño e ilustraciones de primer nivel (a cargo del ilustrador cubano Ernesto Rancaño), con fotografías y documentos (muchos de los cuales se publican por vez primera o resultan desconocidos para el gran público) que provienen de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado.
La gran entrevista
El libro resulta una extensa entrevista que requiere de las 1,300 páginas, prologado (para República Dominicana) por el ingeniero Hermann, formidablemente escrito desde el lenguaje coloquial de una larga conversación a la narrativa de un libro que adquiere ahora la perennidad de lo impreso. La autora, periodista veterana del diario Granma y que fue incluso corresponsal de guerra en Angola, conoce los hilos y giros históricos y por ello conduce con habilidad y agudeza, los episodios que va narrando Fidel.
Cayo Confites
Fidel dice que se sintió comprometido a participar como expedicionario de Cayo Confites en 1947, debido a la opresión de la dictadura trujillista. Describe que llegó a ser comandante de una de las compañías que salieron a incursionar en territorio dominicano, pero que el intento fue traicionado y entregado a la marina de la dictadura de Grau San Martín. (El general Genovevo Pérez Damera, jefe del ejército cubano, viajó a Washington para denunciar la expedición). Fidel revela que pudo escapar en una lancha desde el barco interceptado por la marina, llevando incluso armas y que no fue detenido por su habilidad. Conoció en el afán de Cayo Confites a Juan Bosch, a quien consideró excepcional.
Escrito por: José Rafael Sosa
(joserafaelsosa.com)
Fidel Castro |
Desde que Hamlet Hermann conoció el libro “Fidel Castro, Guerrillero del Tiempo”, probablemente el más amplio y detallado testimonial escrito sobre la vida del líder de la Revolución Cubana, y que abarca desde su nacimiento en la campiña cubana hasta la entrada triunfal en La Habana el 1 de enero de 1959, al derrocar al dictador Fulgencio Batista, pensó para sus adentros: “Este libro debe tener una digna edición dominicana”. Su deseo se ha cumplido y con orgullo presentará el producto editorial con una edición en dos tomos, con un diseño e ilustraciones de primer nivel (a cargo del ilustrador cubano Ernesto Rancaño), con fotografías y documentos (muchos de los cuales se publican por vez primera o resultan desconocidos para el gran público) que provienen de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado.
La gran entrevista
El libro resulta una extensa entrevista que requiere de las 1,300 páginas, prologado (para República Dominicana) por el ingeniero Hermann, formidablemente escrito desde el lenguaje coloquial de una larga conversación a la narrativa de un libro que adquiere ahora la perennidad de lo impreso. La autora, periodista veterana del diario Granma y que fue incluso corresponsal de guerra en Angola, conoce los hilos y giros históricos y por ello conduce con habilidad y agudeza, los episodios que va narrando Fidel.
Cayo Confites
Fidel dice que se sintió comprometido a participar como expedicionario de Cayo Confites en 1947, debido a la opresión de la dictadura trujillista. Describe que llegó a ser comandante de una de las compañías que salieron a incursionar en territorio dominicano, pero que el intento fue traicionado y entregado a la marina de la dictadura de Grau San Martín. (El general Genovevo Pérez Damera, jefe del ejército cubano, viajó a Washington para denunciar la expedición). Fidel revela que pudo escapar en una lancha desde el barco interceptado por la marina, llevando incluso armas y que no fue detenido por su habilidad. Conoció en el afán de Cayo Confites a Juan Bosch, a quien consideró excepcional.
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