La menor dividió la opinión de la sociedad dominicana, entre los moralistas y feministas, quienes fervientemente expusieron sus puntos de vistas
La adolescente de 15 años que suscitó la atención de todo el país tras la polémica generada, especialmente con la iglesia, debido a que necesitaba tratamiento de quimioterapia para tratar la leucemia que padecía, algo que ponía en riesgo la vida del feto, falleció esta madrugada debido a complicaciones que dieron al traste con su vida.
Esperanza, nombre ficticio de la menor, falleció en el hospital de Seguros para Maestros, SEMMA y hasta el momento se presume que su deceso se produjo por una hemorragia. No obstante, se espera el pronunciamiento oficial de las autoridades médicas.
Desde hace varios días sus familiares se movilizaron por varias vías, incluyendo las redes sociales, en busca de plaquetas, puesto que se les había hecho imposible conseguirlas, aunque tuvieran que pagar por ellas.
Con su caso se sentó un precedente, puesto que hasta el Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, sea por presión social o por criterio propio, se mostró a favor de que se salvara la vida de la menor, aunque se perdiera la vida de feto.
Esperanza dividió a la sociedad dominicana, entre los moralistas y religiosos y las feministas quienes fervientemente expusieron sus puntos de vistas, unos apegados a la ley, otros a criterios divinos.
La adolescente de 15 años que suscitó la atención de todo el país tras la polémica generada, especialmente con la iglesia, debido a que necesitaba tratamiento de quimioterapia para tratar la leucemia que padecía, algo que ponía en riesgo la vida del feto, falleció esta madrugada debido a complicaciones que dieron al traste con su vida.
Esperanza, nombre ficticio de la menor, falleció en el hospital de Seguros para Maestros, SEMMA y hasta el momento se presume que su deceso se produjo por una hemorragia. No obstante, se espera el pronunciamiento oficial de las autoridades médicas.
Desde hace varios días sus familiares se movilizaron por varias vías, incluyendo las redes sociales, en busca de plaquetas, puesto que se les había hecho imposible conseguirlas, aunque tuvieran que pagar por ellas.
Con su caso se sentó un precedente, puesto que hasta el Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, sea por presión social o por criterio propio, se mostró a favor de que se salvara la vida de la menor, aunque se perdiera la vida de feto.
Esperanza dividió a la sociedad dominicana, entre los moralistas y religiosos y las feministas quienes fervientemente expusieron sus puntos de vistas, unos apegados a la ley, otros a criterios divinos.
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