Escrito por: Juan Carlos García
(gmjc24@hotmail.com)
Josef Goebbels, político nazi y defensor de la pureza genética: tenía los pies deformes y su brazo izquierdo era 8 centímetros más largo que el derecho. Los alemanes dijeron que estos defectos no eran de nacimiento, que surgieron a raíz de una enfermedad cuando era niño. Adolfo Hitler y Napoleón Bonaparte compartían un defecto común: a ambos les faltaba un testículo y ambos exhibían esa condición en la intimidad como una singularidad de su genio. El bíblico Moisés, profeta y fundador de Israel, uno de los libertadores más importantes de todos los tiempos, tuvo labio leporino y paladar hendido.
La reina Ana Bolena, segunda esposa del rey Enrique VIII, quien fue tan obeso como mujeriego, tenía seis dedos en la mano izquierda y tres pezones, cosa que divertía especialmente a su compañero de aposento, aunque necesariamente no fuera el rey. De hecho, murió decapitada por infiel, acusada de adulterio, incesto y alta traición, padeciendo uno de los juicios más injustos de la historia, víctima indirecta de la política.
El poeta británico John Keats tenía una cabeza diminuta. Murió a los 26 años, de tuberculosis, siendo que su madre murió de la misma enfermedad justamente a la misma edad y que su abuelo también murió de tuberculosis. Otro poeta inglés, Lord Byron, tenía pies con forma de pezuña hendida. Nunca tuvo una patria, ya que aborrecía ser inglés, de modo que viajó por toda Europa hasta su muerte.
Guillermo II, emperador alemán, su brazo izquierdo estaba atrofiado debido a un complicado parto al nacer de nalgas. Stalin, presentaba dedos palmeados en su pie izquierdo y el brazo del mismo lado era notablemente más corto que el derecho. Lenin hizo lo imposible para que no heredara el poder, pero se las arregló para ser el número 1, luego de la muerte de aquel. El escultor y pintor Miguel Angel Buenarrotti tenía la nariz hundida a causa de un puñetazo en el curso de una riña.
(gmjc24@hotmail.com)
Josef Goebbels |
Josef Goebbels, político nazi y defensor de la pureza genética: tenía los pies deformes y su brazo izquierdo era 8 centímetros más largo que el derecho. Los alemanes dijeron que estos defectos no eran de nacimiento, que surgieron a raíz de una enfermedad cuando era niño. Adolfo Hitler y Napoleón Bonaparte compartían un defecto común: a ambos les faltaba un testículo y ambos exhibían esa condición en la intimidad como una singularidad de su genio. El bíblico Moisés, profeta y fundador de Israel, uno de los libertadores más importantes de todos los tiempos, tuvo labio leporino y paladar hendido.
La reina Ana Bolena, segunda esposa del rey Enrique VIII, quien fue tan obeso como mujeriego, tenía seis dedos en la mano izquierda y tres pezones, cosa que divertía especialmente a su compañero de aposento, aunque necesariamente no fuera el rey. De hecho, murió decapitada por infiel, acusada de adulterio, incesto y alta traición, padeciendo uno de los juicios más injustos de la historia, víctima indirecta de la política.
El poeta británico John Keats tenía una cabeza diminuta. Murió a los 26 años, de tuberculosis, siendo que su madre murió de la misma enfermedad justamente a la misma edad y que su abuelo también murió de tuberculosis. Otro poeta inglés, Lord Byron, tenía pies con forma de pezuña hendida. Nunca tuvo una patria, ya que aborrecía ser inglés, de modo que viajó por toda Europa hasta su muerte.
Guillermo II, emperador alemán, su brazo izquierdo estaba atrofiado debido a un complicado parto al nacer de nalgas. Stalin, presentaba dedos palmeados en su pie izquierdo y el brazo del mismo lado era notablemente más corto que el derecho. Lenin hizo lo imposible para que no heredara el poder, pero se las arregló para ser el número 1, luego de la muerte de aquel. El escultor y pintor Miguel Angel Buenarrotti tenía la nariz hundida a causa de un puñetazo en el curso de una riña.
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