No hay dos huellas digitales exactamente iguales


No hay dos huellas digitales exactamente iguales. Eso es cierto, pero es sólo la punta del iceberg, porque asombra descubrir que no hay dos impresiones en los labios exactamente iguales, ni dos pies que sean iguales, ni dos plantas de los pies que sean iguales, ni dos dedos de los pies que sean iguales, ni dos manos que sean iguales, ni dos palmas de las manos que sean iguales.

Asimismo, no hay dos remolinos del cabello que sean iguales, ni dos iris de los ojos que sean iguales, ni dos arrugas en torno a los ojos que sean iguales, o sea que cada uno de nosotros tiene sus dos patas de gallo que son genuinamente de cada cual. Es más, el grupo de músculos de la cara es exclusivo de la persona que los porta, ya que a los músculos del rostro les pasa lo que al resto de las partes de nuestro cuerpo, que no hay dos iguales. Para dentro es lo mismo, porque su riñón derecho no se parece en nada al izquierdo, ni sus amígdalas entre sí.

En el colmo de los colmos, advierta que sus dos orejas no son iguales, chequéelas, notará ligeras diferencias, igual el iris de sus ojos, que ambos acusan trazos diferentes, hasta las arrugas donde doblan sus dedos no son iguales, ya que varían de mano a mano, y ni siquiera sus dos juegos de pestañas son iguales, ya que cada una tiene su sello personal.

 Vamos, si siquiera su propia imagen en el espejo es exactamente igual a usted mismo, porque la suya es tridimensional y la que está siendo reflejada es plana, o sea, bidimensional, al haber perdido la tercera dimensión, o sea, la profundidad.

 En definitiva, no hay 2 cosas iguales y punto. Y sin embargo hablamos con soltura de las “almas gemelas” y de los universos paralelos, razón por la cual debemos asumirlos con la misma reserva, porque si usted acaso tiene un alma gemela en alguna parte de este u otro universo, primero que nada felicidades, y segundo, sepa que es tan gemela suya como sus dos pies, que son diferentes entre sí, justo como sus dos manos que son diferentes entre sí y hasta como sus orejas que varían la una de la otra. ¿Qué os parece? Ahora vaya y revísese sus orejas.
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Editor Gazcue es Arte

Master en Educación Superior mención Docencia, Licenciado en Comunicación Social, Técnico Superior en Bibliotecología y Diplomado en Ciencias Políticas, Columnista del periodico El Nuevo Diario

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