Se mudó con sus padres en el país por casualidad cuando tenía ocho años y aquí se quedó
Por FAUSTO POLANCO
Santo Domingo.-A Silvio Mora se le ve como un dominicano más, haciendo merengue de chercha con el tigueraje propio de los barrios, dominando el dominicanismo en sus refranes y hablando puro español criollo.
Pero detrás de este joven se esconde una historia digna de admiración, ya que sin ser dominicano se esforzó por serlo, pese a que nació en Suiza en 1979.
En 1988 a su padre, Germán Mora, lo enviaron a trabajar en el consulado suizo en República Dominicana. Su progenitor era asmático y se le metió la idea de vivir en un país tropical y cuando terminó de trabajar para su gobierno decidió quedarse en Santo Domingo.
Su madre, Jeaninette Excellente, era estilista de belleza en Suiza y al llegar a República Dominicana instaló un salón de belleza en la calle El Conde, y fue quien trajo al país las extensiones de pelo.
Se establecen aquí
Cuando llegaron al país su lugar de residencia fue el hotel Dominican Concord. Luego se mudaron en Bella Vista, y estudió en el colegio Hogar Pedagógico de ese sector. Asimismo, vivió en Los Restauradores y de ahí pasó a la Zona Colonial, donde estableció residencia permanente.
“Mi madre se enamoró de República Dominicana y comenzó a hacer seminarios de belleza y al poco tiempo le empezó a ir bien, incluso, esas extensiones de pelo que usaban Olga Lara, Vickiana y otras artistas a finales de los 80 se las puso mi madre”, dijo Silvio.
En 1991 su padre murió y su madre le preguntó a Silvio que si deseaba regresar a Suiza, a lo que el joven de 12 años respondió que se quedaba a su lado.
Silvio estudió en un colegio de la capital dominicana, pero tenía dificultad con el español, por lo que sus amiguitos se mofaban de él, pues el idioma que conocía era el francés.
Por miedo a que se siguieran burlando de él, Silvio se decidió aprender español escuchando a sus amiguitos hablarlo, sin estudio, sino de manera callejera y en poco tiempo se “aplatanó”, hablando como un dominicano cualquiera.
El intérprete de “Llegó el pavo” se enamoró de República Dominicana y de su cultura, por lo que estudió piano con la profesora Germania Cadiz y más tarde actuación con Juan María Almonte en la escuela de Bellas Artes.
“Yo no estaba definido en lo que quería ser, pero me gustaba ser músico, actor y comediante. Cuando terminé el bachillerato me di cuenta que lo que me gustaba en realidad era la música”, dijo el cantante.
Entra a la música
Todo comenzó en 1998, cuando compartía aula con Juan Manuel Vargas, hijo del merenguero Wilfrido Vargas, quien lo veía cantar en los actos del colegio y cuando a Alina Vargas, hermana de su compañero de clases, le hicieron una oferta para cantar en el hotel Francés, a ella le pidieron un dúo de balada y Juan Manuel le dijo que tenía el cantante.
Juan Manuel le comunicó a Silvio sobre cantar con Alina y este aceptó. Luego de un tiempo pasó a la banda del hotel Jaragua, orquesta que era dirigida por Yanina Rosado, hoy directora musical del grupo 440, donde comenzó a cantar todo tipo de música, como merengue, balada, rock y además en otros idiomas y eso lo hizo desarrollarse como cantante.
Estuvo en la orquesta Merengue Bar del hotel Jaragua desde 1998 hasta 2001, donde consiguió experiencia como cantante y la gente empezó a hablar de él, gracias a su versatilidad en el escenario.
En 2001, Chiqui Haddad, José Antonio Molina y Manuel Tejada prepararon el show Candelá, en Altos de Chavón, en el que participó, recomendado por Yanina Rosado.
Ese mismo año debutó con su grupo La Mezcla, nombre que buscó porque entendía que era una mezcla de países.
Michael Miguel Holguín creyó en él al ver su debut en el programa Extraordinario, que se transmitía por Color Visión.
El proyecto no cuajó de inmediato, pero grabó los temas “Dame cintura”, “El wasa, wasa” y “Solo tú”.
A pesar de sus esfuerzos sentía que no lograba conectar con el público, hasta que en 2007 grabó su primer éxito “El camarón”.
Luego hizo “Carrito rojo de carrera fue su segundo hits, leugo ‘El pollito pío’, y ‘El lobo y la Caperucita’.
El pasado año logró un repunte importante con el merengue “Llegó el pavo” y este año tiene en la radio el tama “Yo quiero volver”.
Por FAUSTO POLANCO
Santo Domingo.-A Silvio Mora se le ve como un dominicano más, haciendo merengue de chercha con el tigueraje propio de los barrios, dominando el dominicanismo en sus refranes y hablando puro español criollo.
Pero detrás de este joven se esconde una historia digna de admiración, ya que sin ser dominicano se esforzó por serlo, pese a que nació en Suiza en 1979.
En 1988 a su padre, Germán Mora, lo enviaron a trabajar en el consulado suizo en República Dominicana. Su progenitor era asmático y se le metió la idea de vivir en un país tropical y cuando terminó de trabajar para su gobierno decidió quedarse en Santo Domingo.
Su madre, Jeaninette Excellente, era estilista de belleza en Suiza y al llegar a República Dominicana instaló un salón de belleza en la calle El Conde, y fue quien trajo al país las extensiones de pelo.
Se establecen aquí
Cuando llegaron al país su lugar de residencia fue el hotel Dominican Concord. Luego se mudaron en Bella Vista, y estudió en el colegio Hogar Pedagógico de ese sector. Asimismo, vivió en Los Restauradores y de ahí pasó a la Zona Colonial, donde estableció residencia permanente.
“Mi madre se enamoró de República Dominicana y comenzó a hacer seminarios de belleza y al poco tiempo le empezó a ir bien, incluso, esas extensiones de pelo que usaban Olga Lara, Vickiana y otras artistas a finales de los 80 se las puso mi madre”, dijo Silvio.
En 1991 su padre murió y su madre le preguntó a Silvio que si deseaba regresar a Suiza, a lo que el joven de 12 años respondió que se quedaba a su lado.
Silvio estudió en un colegio de la capital dominicana, pero tenía dificultad con el español, por lo que sus amiguitos se mofaban de él, pues el idioma que conocía era el francés.
Por miedo a que se siguieran burlando de él, Silvio se decidió aprender español escuchando a sus amiguitos hablarlo, sin estudio, sino de manera callejera y en poco tiempo se “aplatanó”, hablando como un dominicano cualquiera.
El intérprete de “Llegó el pavo” se enamoró de República Dominicana y de su cultura, por lo que estudió piano con la profesora Germania Cadiz y más tarde actuación con Juan María Almonte en la escuela de Bellas Artes.
“Yo no estaba definido en lo que quería ser, pero me gustaba ser músico, actor y comediante. Cuando terminé el bachillerato me di cuenta que lo que me gustaba en realidad era la música”, dijo el cantante.
Entra a la música
Todo comenzó en 1998, cuando compartía aula con Juan Manuel Vargas, hijo del merenguero Wilfrido Vargas, quien lo veía cantar en los actos del colegio y cuando a Alina Vargas, hermana de su compañero de clases, le hicieron una oferta para cantar en el hotel Francés, a ella le pidieron un dúo de balada y Juan Manuel le dijo que tenía el cantante.
Juan Manuel le comunicó a Silvio sobre cantar con Alina y este aceptó. Luego de un tiempo pasó a la banda del hotel Jaragua, orquesta que era dirigida por Yanina Rosado, hoy directora musical del grupo 440, donde comenzó a cantar todo tipo de música, como merengue, balada, rock y además en otros idiomas y eso lo hizo desarrollarse como cantante.
Estuvo en la orquesta Merengue Bar del hotel Jaragua desde 1998 hasta 2001, donde consiguió experiencia como cantante y la gente empezó a hablar de él, gracias a su versatilidad en el escenario.
En 2001, Chiqui Haddad, José Antonio Molina y Manuel Tejada prepararon el show Candelá, en Altos de Chavón, en el que participó, recomendado por Yanina Rosado.
Ese mismo año debutó con su grupo La Mezcla, nombre que buscó porque entendía que era una mezcla de países.
Michael Miguel Holguín creyó en él al ver su debut en el programa Extraordinario, que se transmitía por Color Visión.
El proyecto no cuajó de inmediato, pero grabó los temas “Dame cintura”, “El wasa, wasa” y “Solo tú”.
A pesar de sus esfuerzos sentía que no lograba conectar con el público, hasta que en 2007 grabó su primer éxito “El camarón”.
Luego hizo “Carrito rojo de carrera fue su segundo hits, leugo ‘El pollito pío’, y ‘El lobo y la Caperucita’.
El pasado año logró un repunte importante con el merengue “Llegó el pavo” y este año tiene en la radio el tama “Yo quiero volver”.
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