Tony Raful: “Johnny Abbes no murió en Haití”; ¡Está vivo, suelto y sin expediente!

“Mi libro compila relatos de todas las misiones que Trujillo
encargó a Johnny Abbes García, yo los invito a
leer el libro”, exhortó Raful
“La verdad es que Johnny Abbes no murió en Haití”, asegura el escritor y político dominicano Tony Raful, quien lanzó en Madrid su reciente obra: ‘Johnny Abbes García; ¡vivo, suelto y sin expediente!, valorándolo como un sumario de las acciones criminales del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina, una enjundia bibliográfica que clama a gritos: justicia; reivindicación y reembolso moral para sus deudos y los dominicanos.

Jhonny Abbes; ¡vivo, suelto y sin expediente! es una ‘‘novela” que narra la vida, el devenir y desenlace de un personaje que reposa en los anales de la historia dominicana como dantesco y desalmado que: “Sirvió al régimen de Trujillo y capitaneó la maquinaria sangrienta que por treinta años a tantos dominicanos patriotas arrodilló, lastimó, torturó y cobró la vida”.

Así lo expone Raful, investigador apasionado y quien se describe como un “empedernido de la escritura’ y del pensamiento humano. Durante cuatro años se dedicó a levantar y filtrar datos, detalles, testimonios de fuentes primarias, archivos (documentos y textos), de corte nacional e internacional para diseñar la obra como un producto educativo, de orientación, con sentir de denuncia retardada de los dominicanos, presentando una información acabada y veraz.

Explica cómo en una ocasión Johnny le pidió una audiencia al dictador oriundo de San Cristóbal, porque siempre le solicitaban pero no siempre respondía. “A Johnny Abbes le respondió invitándolo al Palacio, donde él se entrevistó con Trujillo para que lo ayudara a conseguir una beca y estudiar en México investigación judicial, contando el tipo de acciones a las que se dedicaría”.

“Johnny Abbes García fue una figura anodina en la sociedad dominicana, se dedicaba al periodismo deportivo, participaba en tertulias y nunca reflejó esa vocación criminal que desarrollaría luego frente a los organismos de inteligencia...”, abunda el escritor, con más de 20 textos como trayectoria analítica, vivencial y digna de aportar al parnaso literario y sus distintos géneros, casi siempre en sintonía con las emociones humanas, sus bemoles y esperanzas.

Del perfil psicopatológico aclara que Johnny Abbes inició en el crimen casi a sus 40 años de edad, actualmente, de vivir se corresponde con 90 años, cabizbajo por la inclemencia del tiempo hacia la vejez y arrastrando la pierna derecha con una tutuma sobre la rodilla. Lo más probable que su cuerpo esté recibiendo la factura de esos ánimos, los que destila la satrapía, la megalomanía y la idolatría propia de los regímenes dictatoriales en Latinoamérica y Europa, ‘único señor y Dios’.

“Johnny Abbes no era estúpido ni bruto como muchos creían”. Él redactaba los editoriales de Radio Caribe creada para defender a Trujillo y su régimen.

El espionaje le sirvió a Trujillo para sustentar su dictadura y, sin embargo, su Gobierno se desplomó por la lucha del pueblo dominicano y de las sanciones diplomáticas y comerciales aprobadas en la Conferencia de Cancilleres de la Organización de Estados Americanos , celebrada en San José de Costa Rica, condenándolo por su intromisión en el atentado al presidente venezolano, Rómulo Betancourt, 24 de junio 1960”, con la firma inconfundible de Abbes García.

“La verdad es que Johnny Abbes no murió en Haití, para mí está vivo, suelto y no tiene expediente acusatorio; una ‘cosa increíble’ cuando por sus manos cruzaron tantas vidas útiles a la patria”, afirma con certeza el también autor de ‘Abril, nacen alas delante tus ojos’ en 1980, El abuelo de Gastón en 1965, ‘Movimiento del 14 de Junio, historia y documento’ en 1983, ‘La Revolución de Abril del 65’en 1985.

Objetivo del libro

A pesar de que su obra compila el dolor, sufrimiento y desconsuelo de cientos de familias que languidecen en las memorias del país, su narrativa en primera persona busca acercar al lector del personaje, equiparable a Nerón, que para 1956, había regresado de México con altos estudios en investigación criminal, pericia en espionaje y lides propias de seguridad nacional y terrorismo para esa época, congenió con el tirano de San Cristóbal, congraciándose como un perro leal (confiable y sin torceduras), hacia el Generalísimo.

Motiva que el propósito esencial de su libro es que: “Mi objetivo, que lo capturen y lo podamos traer a la República Dominicana para que sirva de ejemplo moral y ético a la ciudadanía, a los dominicanos, porque tal y como dijo Juan Pablo Duarte, ‘el crimen no prescribe, ni queda jamás impune’, por ser un ducho conocedor de la cronología del país, incertidumbres, hallazgos y reclamos extraordinarios se ventilan en su novela.

Amplía que la preparación de Abbes García fue como detective en criminalística y luego de cursar estudios en la ciudad azteca, sirvió de plataforma para servirle a Trujillo, porque: “Trujillo necesitaba jóvenes como él, capaces de integrarse a su gobierno para ayudarlo en lo más importante que era la seguridad nacional y sobre todo, porque Johnny Abbes entendía que en ese momento su gobierno estaba amenazado por muchos enemigos internacionales que conspiraban contra la estabilidad dominicana”.

Fechando que para 1967 se difundió la información de que habían matado a Abbes García en Haití por órdenes del dictador Francois Duvalier, “Papa Doc,” de participar en un complot militar para el posterior derrocamiento del déspota haitiano, y es cuando aclara: “Esa información nunca pudo ser confirmada y quien la da es Balaguer en su obra Los Carpinteros, pero sin ningún referente o elemento probatorio, sin ninguna fuente identificada por el Gobierno o algún funcionario haitiano”.

Abbes sale de Haití, vive en Estados Unidos

Entre las 381 páginas, el historiador dice que: “Trujillo necesitaba de gente que se dedicara a defender su obra: “Para mí está vivo, suelto y sin expediente acusatorio, y de sus hijos, que habían dado por muertos, hay dos que viven en Florida. Algunos han asegurado que su papá vive en Estados Unidos, en Nueva York específicamente y se cambió el rostro. No hubo acción extrajudicial para lograr localizar a Abbes, y respondiera por sus crímenes, sentar un precedente. Se hubiese evitado los de hoy”.

“Johnny Abbes sale de Haití con cambio de identidad protegido por la Agencia Central de Inteligencia, CIA, para quien ha colaborado con esos organismos de inteligencia en cualquier parte del mundo y, lo retiran de la vida activa, estuvo al servicio de la CIA”, explica el intelectual, quien sostiene que a pesar de ser una historia novelada, en su 80 por ciento son datos comprobados rigurosamente sobre la vida de Abbes.

A ciencia cierta, el politólogo expone que nunca hubo un expediente incriminatorio y de persecución contra Abbes, ningún proceso de extradición: “Lo colocaron en un expediente general pero sin acusación directa, nunca el Gobierno dominicano se ocupó de perseguirlo en el exterior”, datos revelados en su obra puesta en circulación en la pasada Feria del Libro de Madrid dedicada a la República Dominicana, en un acto concurrido.


Por Adalgisa Corcino
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Editor Gazcue es Arte

Master en Educación Superior mención Docencia, Licenciado en Comunicación Social, Técnico Superior en Bibliotecología y Diplomado en Ciencias Políticas, Columnista del periodico El Nuevo Diario

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