La banda Acrassicauda está feliz en el mundo libre, pero su historia de cómo llegaron a Estados Unidos sirve para una canción distinta sobre inmigrantes. Luego de evadir la policía secreta de Saddam Hussein, ver sobre su cielo los bombazos diarios, eludir amenazas de muerte y navegar a través de la guerra de sectas en su tierra nativa, cuatro músicos iraquíes, que no querían otra cosa que roncanrolear, están viviendo en Nueva Jersey para tratar de alcanzar sus sueños de estrellato. Los cuentos de bandas de rock que tratan de luchar en tiempos difíciles y superan obstáculos hasta llegar a la fama, son tan viejos como el rock mismo. Pero Acrassicauda, nombre que se le da a un escorpión negro, ha tenido mayores dificultades que la mayoría.
``Muchos grupos de heavy metal hablan y cantan sobre la guerra, la muerte y la destrucción, pero no la han experimentado'', señaló el bajista Firas al-Lateef, de 27 años. ``Pero nosotros sí''.
Luego de tres años de vivir como refugiados en Siria y Turquía _ donde pusieron su supervivencia por delante de sus sueños de alcanzar el estrellato_ la banda está finalmente en Estados Unidos. Viven en un pequeño apartamento con poco más que unas pequeñas camas y un par de sillas, haciendo lo mismo que muchos aspirantes a algo grande: buscando trabajo y mujeres, y no necesariamente en ese orden.
``Todavía estamos en el proceso de entender todo'', indicó el batista de 24 años, Marwan Riyadh. ``Pero estamos realmente optimistas. Estamos tratando de ajustarnos a una nueva cultura y una nueva sociedad y absorbiendo lo que tenemos alrededor nuestro''.
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