
Rey quiere decir “El que rige”. Su equivalente femenino es Reina, un cargo tan influyente que hasta las hormiguitas y las abejas lo usan. Pero como los insectos nos llevan 500 millones de años de ventaja, en realidad fuimos nosotros lo que les copiamos a ellos.
En rigor, el título de reina es plagio. Si le robamos su miel, ¿por qué no robarles a las pobres abejas el mínimo abolengo de sus monarquías.
Emperador era un soberano del imperio romano. Imperio que también nos heredó el proverbial título de César. Pero si en lugar de Roma hubieran imperado en Europa las tribus semíticas, hoy hablaríamos de Meleches y no de Césares, ya que un Melech era un rey entre los semitas. La palabra Semita se refiere a las personas descendientes de Sem, uno de los hijos e Noé.
Los nombres de títulos son muy abundantes: Shogún: soberano del Japón, que significa Comandante del ejército. Faraón: máxima autoridad entre los egipcios. Califa: suprema jerarquía, significa representante.
Para nosotros, un imán es un magneto, pero entre los musulmanes es el jefe, en lo espiritual y en lo temporal. Jeque: título árabe aplicado a líderes religiosos y políticos. Rajá: rey en la India, como el Sufí en la antigua Persia, el Sultán en Turquía o Cacique en el antiguo Perú, aunque luego los españoles lo convirtieron en genérico para designar autoridades precolombinas.
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