Amiguito de Gazcue: Te escribimos nosotros, los Tres Reyes Magos. Por lo general, eres tú quien nos dejas cartas en la víspera de nuestra celebración pidiendo, como siempre en el último momento, los regalos que deseabas que el gordo pendejo de Santa Claus no te trajo.
Esos somos nosotros, los reyes de lo...s accesorios. A Santa le pides la muñeca, y a nosotros su ropa. Le pides el Wii y a nosotros los controles, etc. Otra cosa: te sabes al menos el nombre de uno de los venados de Santa (apuesto que "Rudolph"), pero jamás has presentado interés en conocer el nombre de nuestros camellos (por si acaso: Tony, Paquito y Noel).
Todos los años venimos a traerte juguetes y regalos con mucho amor. A cambio, nos dejas tres pendejas cajas llenas de hierba.
¡Carajo! ¿Acaso no crees que los camellos pueden comer directamente de tu patio?
Todos están obsesionados con alimentar a los camellos, y nosotros, los Reyes, pal carajo.
Al gordo culón y barrigón le dejas galletitas y leche. A nosotros, para que nos marquen de tercermundistas, nos dejas hierba. Cuando pasan las tres de la madrugada, nos pica duro el hambre y empezamos a comernos la jodía hierba de los camellos.
Lo que queremos pedirte es que por lo menos dejes la hierba en un plato. Si humillante es comer grama, peor es hacerlo en una caja de zapatos, ¡carajo!
Pero, ese no es el motivo de esta carta.
Queremos advertirte que no podremos visitarte este año porque estamos en prisión.
El problema ocurrió en el aeropuerto.
Como sabes, no tenemos trineo ni venados voladores, sino tres viejos camellos cuyos nombres espero hayas aprendido.
Los camellos viajan por barco y nosotros por avión. Esta vez llegamos con bastante antelación, pues todos los años es un jodío pugilato bregar con aduana, y como no entendíamos el horario de vacaciones del gobierno, pues nos presentamos con bastante tiempo. Pero no pudimos abandonar el dichoso aeropuerto.
Desde hace unos años, se nos ha hecho la cosa dura para nosotros los árabes:
Inmigración con la vaina esa del pasaporte
Quitarse los jodios zapatos y volvérselos a poner
Nos cobraron tax.
Nos cobraron el IVU.
El Incienso lo confiscaron.
El Oro se lo robaron mientras Baltasar echaba una meaíta en el baño del terminal,
y con la Mirra perdimos como dos horas explicando qué carajo era, porque ni siquiera nosotros estamos seguros.
El problema empezó con Melchor. Porque mira, si es duro ser árabe, imagínate ser árabe y negro.
Cada vez que entra en una tienda lo miran como si fuese a robarse algo. ¡Menos mal que aquí no hay prejuicios!
El asunto es que detienen a Melchor para preguntarle pendejases como por ejemplo: ¿Quién es el presidente de los Estados Unidos? –Pero que carajo se yo, si allá no llego yo-dijo él.
Si viaja solo o acompañado.
-"Viajo solo". Es que da la casualidad que estos dos tipos compran en la misma tienda de ropa que yo - contestó el muy chistoso. Intervenimos diciendo que éramos amigos. Entonces le preguntaron a Melchor por nuestros nombres, y el muy cabrón nos
confundió. Hasta él también enreda cuál es Gaspar y cuál es Baltasar.
Y de ahí, a su famoso discurso -Que seguramente Santa no pasa estos problemas, que claro, es gringo y blanco- bueno, ya sabes, toda una jodía letanía.(No debimos dejarle comprar aquella botella de licor en el "duty free")
Para arreglar la cosa Gaspar quiso demostrar que representábamos el espíritu de la Navidad. Comenzó a cantar un tema navideño local para animar a todos los presentes y ahí si que metió la pata.
Pudo haber cantado la del lechón que muere de repente, el tema de la botellita que no tiene tapita, o la jodía paloma del nido que ya está tan quemada en esta época. Pero no, el muy cabrón de
pronto decidió recitar y grita:
"¡Bomba!"
Y aquí fue donde se jodió la cosa.....
Se formó un salpafuera de tal magnitud peor que la noche en que explotaron los tanques de CAPECO. Ni que hubiesen anunciado un paro de gasolina por 48 horas. Todo el mundo se puso a correr histérico pensando que era un terrorista. Colocaron la Alerta Roja y cerraron el aeropuerto.
Nos hicieron una inspección completa. Bien completa y dolorosa... y fue entonces cuando me encontraron unas frutas que no había reportado en la aduana y yo también me jodí.
Eso nos pasa por culpa de ustedes que no nos dejan algo decente para comer.
Ahora estamos en la cárcel. Espero comprendas porque no llegaré con regalos este año. ¡Otro año será!
Que tengas muchas Felicidades.
Con Cariño,
Los tres Reyes Magos
PD. Envíanos algo decente para comer en la cárcel.
¡Ah!... y no te preocupes por la hierba, aquí hay de sobra.
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