MARIA ISABEL SOLDEVILA DE LEONOR: "NO HAY NEGOCIACIONES CON LAS HORAS DE MI FAMILIA"

SANTO DOMINGO.- Diferentes instintos caracterizan a cualquier madre, pero si hay uno que caracterice a la periodista María Isabel Soldevila de Leonor, madre de Julien Manuel y jefa de Redacción del periódico Listín Diario, es el de protección.
No lo tuvo que afirmar ni escribir, así lo dejó ver, sin pretensiones y sin darse cuenta, en los momentos que precedieron la sesión de fotos que para esta entrevista se realizó en lugares emblemáticos de su lugar de trabajo, cuando sus manos, más que cargarlo, parecían resguardarlo; y sus ojos, más que mirarlo, parecían formar una barrera de protección contra cualquier peligro que viniera del exterior de aquella burbuja transparente.

María Isabel está casada con Louis-Philippe Leonor, ingeniero mecánico francés que labora como jefe de Mantenimiento de la empresa Farco-Fogel, y con quien comparte a plenitud la magia que Julien Manuel trajo a este mundo al nacer, hace ya poco más de cuatro meses. Y es que, como según ella misma dice, su bebé es: “La consecuencia natural de tener al ser más increíble del mundo a mi lado”.

Como madre primeriza, María Isabel conoce perfectamente las cualidades de su pequeño, por eso no duda en definirlo como un bebé espontáneo, cariñoso, inteligente; y asegura que tiene una manera de mirarlo todo, de sonreír con picardía y de enamorarla a ella, a su papá y a todo el que le conoce.

“Me encanta su manera de demandar lo que quiere sin rodeos y la forma en que me mira con amor”, afirma la periodista, quien se ha dejado llevar y moldear por el amor de madre, tanto así que puede marcar de manera específica las cosas que el nacimiento de Julien marcó: “Lo que más he cambiado es mi adicción al trabajo. Antes pasaba horas y horas, días y noches en el periódico, en la universidad y me ocupaba con toda serie de actividades adicionales. Ahora, aunque sigo dando de mí en lo laboral, no hay negociaciones con las horas de mi familia”.

TRANSFORMACIONES.- Otro cambio importante, según narró a MercadoSocial.com la periodista, fue el pasar de ser dormilona a madrugadora. “Aunque Julien duerme su noche completa, a más tardar a las seis de la mañana está despierto y lleno de energía. ¡Quiere reír, jugar, comer! Y para él no hay días libres ni feriados”, expresó María.

Sin lugar a dudas, uno de los cambios más relevantes que la maternidad le trajo a María Isabel fue la forma de amar a su madre, ya que a partir de esta experiencia la ve con un renovado respeto. “Entiendo lo que puede dolerle el rechazo, la malcriadeza y lo mucho que puede disfrutar una mirada, un gesto de cariño. Comprendo mejor sus preocupaciones, su interés de protegernos, su amor a veces ilógico, y su capacidad de aceptar las barbaridades que a veces les hacemos”.

A través Julien Manuel ahora sabe María Isabel el verdadero significado de ser “mamá”, y señala como los puntos más difíciles el tener que estar en muchos sitios a la vez, haciendo mucho a la vez, así como escuchar tantas versiones distintas -y con frecuencia contradictorias- de lo que es “correcto”, soportar las miradas y comentarios de desaprobación cuando una toma la decisión que entiende mejor para su bebé, aún llevando la contraria de gente con más experiencia.

Para María Isabel, lo que una “buena madre” nunca debería de hacer es precisamente: “Olvidarse de su instinto. Una madre debe siempre escuchar su voz interna y hacer lo que cree correcto para su bebé”.

Al responder cómo visualiza a su hijo en el futuro, la joven comunicadora afirma sin pensarlo dos veces: “Veo a Julien siendo lo que él quiera ser en la vida. Lo imagino fuerte, hermoso, saludable, inteligente, reflexivo y comprometido con las mejores causas. Sensible y humano. Mi papel será darle todo el amor, la formación y el apoyo para que se desarrolle al máximo de su potencial. Será un placer y un gran reto para mí y su papá”.


Este es el mensaje de María Isabel para Julien Manuel:
“Hay una mirada de brillos insospechados que regala luces cuando mira. Hay una sonrisa que ofrece futuro y días buenos. Hay carcajadas, movimientos, mimos que llenan el corazón de suspiros. Hay un príncipe chiquito y mío que manda en mis horas. ¿Qué será cuando crezca ese hombre en proyecto? Será siempre mi niño, mi sueño, mi alegría”.



Texto y fotos:

Manuela Lora/MS
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Editor Gazcue es Arte

Master en Educación Superior mención Docencia, Licenciado en Comunicación Social, Técnico Superior en Bibliotecología y Diplomado en Ciencias Políticas, Columnista del periodico El Nuevo Diario

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