PETER O' MALLEY: ¿SON TUS DODGERS?

Peter O'Malley
A principios de la década de 1980, era un ritual antes del inicio de la temporada de Grandes Ligas, que un grupo de periodistas "invadiéramos" Dodgerstown, gracias a la invitación de su propietario Peter O'Malley, a través de Rafael Ávila.

O'Malley, hombre de béisbol por los cuatro costados, de la cabeza a los pies, ofrecía cada año en su villa de Vero Beach un agasajo, donde él se la lucía preparando un cocktail bautizado "Negroni", cuya esencia principal era el ron Barceló Imperial. Los Dodgers en ese entonces eran la organización número uno, repito número uno, a nivel de las Mayores.

Junto a Monchín Pichardo, Tomás Troncoso, Alvarito Arvelo, Cuqui Córdova, Héctor J. Cruz, Ricky Noboa, Gustavo Rodríguez y otros amigos, en Dodgerstown se respiraba béisbol y era un privilegio estar a diario "face to face" con Al Campanis, Mike Brito, Sandy Koufax, Don Drysdale, Maury Wills, Tommy Davis, John Roseboro, Bill Skowron, Johnny Podres y otras leyendas "Dodger Blue".

Si usted me hubiera dicho hace 20 años atrás, en uno de esos encuentros en Dodgerstown, que los Dodgers se acogerían a la ley de bancarrota y que no tendrían efectivo para pagarle el día 30 la quincena a sus jugadores y empleados, lo habría sindicado de loco y hubiese pedido a mi amigo Toñito Zaglul que le recomendase un buen manicomio.

Pero vivimos en años muy especiales, con la Niña, el Niño, el calentamiento global y ahora los Dodgers en quiebra, en el idioma del béisbol, Frank McCourt tiene la cuenta de 0 bolas y dos strikes, y el ampalla, en este caso el comisionado Bud Selig, en contra.

El Comisionado tiene 76 años de edad y no había nacido la última vez que se le quitó el equipo a un propietario. Eso ocurrió en 1912, cuando Horace Fogel, propietario de los Filis de Filadelfia, fue expulsado por impugnar de manera constante la integridad de los árbitros y de los oponentes de su equipo. Para hacerlo más claro, a Fogel en 1912 le quitaron las riendas de su equipo por constantemente criticar a los jueces y a los demás equipos. Pero no por tener problemas económicos.

No me imagino cómo se sentirá hoy Peter O'Malley y su familia, que por décadas fue una joya de administración un el modelo a seguir en las Grandes Ligas.

No me imagino como se sentirá Rafael Ávila y Manuel Mota, que desde el Holman Stadium al Dodgers Stadium vivieron tantas y tantas glorias.

No me imagino a Sandy Koufax y Steve Garvey viendo esta organización con la cara hacia abajo.

No me imagino al doctor Frank Jobe viendo esta organanización caerse a pedazos.

Por eso me pregunto: ¿Peter O'Malley, ésos son tus Dodgers?



De BIENVENIDO ROJAS
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Editor Gazcue es Arte

Master en Educación Superior mención Docencia, Licenciado en Comunicación Social, Técnico Superior en Bibliotecología y Diplomado en Ciencias Políticas, Columnista del periodico El Nuevo Diario

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