Sarita Valdez vuelve a afirmar que ex legislador no se suicido

Se anunció fotos Policía Científica no correspondían a escena virgen 

 Escrito por: SERGIO SARITA VALDEZ



En una mañana a mediados del mes de octubre de 2012 y en una ciudad del este dominicano, fue encontrado sin vida el cuerpo de un ex legislador.  Las imágenes recogidas en la escena mostraban el cadáver de un adulto sentado sobre una silla plástica con la cabeza inclinada hacia su izquierda.

En el piso, debajo de la silla y en el lado derecho había un gran pozo de sangre. Se notaba el rostro y la camisa empapados de líquido hemático.  Sobre el muslo izquierdo descansaba un revolver cruzado en posición horizontal con cañón mirando hacia la derecha. Se apreciaban sobre el piso adyacente al occiso unas huellas de pie descalzo entintadas de rojo. Fotografías de acercamiento evidenciaban una fresca herida irregular, en forma de cráter, por delante y ligeramente por debajo de la parte media de la oreja derecha.  La persona que realizó el levantamiento del fallecido certificó la causa de muerte como herida por arma de fuego tipo cañón corto en la cabeza, al tiempo que las autoridades policiales informaban que se trataba de un suicidio. En la autopsia se evidenció que a pesar del gran defecto en la hemi-cara derecha, se podían apreciar dos orificios de entrada de bala que seguían trayectorias distintas. Uno de los proyectiles no logró salir del cráneo, alojándose en la masa cerebelosa, donde fue recuperado, mientras que el otro atravesó la cabeza saliendo del cuerpo a nivel de la mandíbula izquierda. Ante el inusual hallazgo de dos disparos consecutivos en la cabeza, realizados con un revólver, sugerimos al ministerio público y a la policía que profundizaran las indagatorias, ya que las fotografías del lugar del suceso y las evidencias de la autopsia obligaban a descartar de primer plano la posibilidad de que hubieran manos criminales envueltas en el caso, es decir, que pudiera tratarse de un homicidio. La segunda opción sería una tragedia accidental y lo último en concluir sería la tesis del suicidio. ¿A qué obedece esta línea y orden de razonamiento? Sencillamente se debe a que ante una muerte violenta el primer deber del ministerio es descartar, fuera de toda duda razonable, la posibilidad de un homicidio. Si de inicio se plantea la temática del suicidio, entonces rápidamente se cierra el experticio puesto que no hay, en esa situación, una persona a quién culpar. Casi a las dos semanas del lamentable suceso se produce una rueda de prensa en los salones del Ayuntamiento municipal para anunciar que las fotos realizadas por la Policía Científica no correspondían a una escena virgen ya que la hoy viuda había alterado la misma,  incluyendo la posición original del arma de fuego. Uno de los periódicos que recoge la noticia escribe lo siguiente: “También su mano derecha presenta lo que los peritos denominan “espasmo cadavérico”, o sea que conserva la forma de empuñadura del revólver y el dedo índice tiene la forma de haber apretado el disparador”. Para hacer todavía más raro el “suicidio”,  el muerto había soltado el espasmo, pues en las fotos tomadas al momento de la autopsia no aparece el susodicho espasmo.

Y colorín, colorado, este cuento está acabado.
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Editor Gazcue es Arte

Master en Educación Superior mención Docencia, Licenciado en Comunicación Social, Técnico Superior en Bibliotecología y Diplomado en Ciencias Políticas, Columnista del periodico El Nuevo Diario

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