Por JUAN MERCADO
jmercado001@hotmail.com
En los últimos días se está hablando bastante de la deserción escolar de los adolescentes en el país. Los expertos señalan que la misma va en franco aumento, algo que debe preocuparnos a todos, y citan diversas causas, pero casi nadie se fija en la que se está creando con la práctica del béisbol, y eso es peligroso.
Debido a la implementación de los equipos de Grandes Ligas de otorgar los grandes bonos a los jovencitos de 16 años, son muchos los adolescentes que a partir de los 13 y 14 años, y ante la mirada indiferente de sus padres, se están marchando de las escuelas para meterse de lleno en los programas de béisbol.
Los padres, con la esperanza y el sueño de que sus vástagos logren un “contrato millonario”, que sólo lo consigue la gran minoría, permiten que éstos sean trasladados hasta de un pueblo a otro.
En busca de ese sueño la escolaridad pasa a un segundo plano, ya que muchos dueños de programas irresponsables no se preocupan por inscribir los jóvenes en las escuelas para que continúen aprendiendo y así en caso de no lograr su sueño de ser peloteros no se conviertan en parásitos para la sociedad. Lo peor de todo es que no existe ningún control para que esta situación pueda ser revisada y no se siga agudizando.
Hay que reconocer que la deserción escolar trae consigo múltiples problemas sociales, los que se representan en el incremento de la delincuencia juvenil, la drogadicción, y el ahondamiento de los niveles de pobreza.
Es cierto que conseguir un bono millonario a los 16 años es fantástico, pero los daños que recibe la sociedad por la deserción escolar son peores. ¡Pongamos controles!
jmercado001@hotmail.com
Debido a la implementación de los equipos de Grandes Ligas de otorgar los grandes bonos a los jovencitos de 16 años, son muchos los adolescentes que a partir de los 13 y 14 años, y ante la mirada indiferente de sus padres, se están marchando de las escuelas para meterse de lleno en los programas de béisbol.
Los padres, con la esperanza y el sueño de que sus vástagos logren un “contrato millonario”, que sólo lo consigue la gran minoría, permiten que éstos sean trasladados hasta de un pueblo a otro.
En busca de ese sueño la escolaridad pasa a un segundo plano, ya que muchos dueños de programas irresponsables no se preocupan por inscribir los jóvenes en las escuelas para que continúen aprendiendo y así en caso de no lograr su sueño de ser peloteros no se conviertan en parásitos para la sociedad. Lo peor de todo es que no existe ningún control para que esta situación pueda ser revisada y no se siga agudizando.
Hay que reconocer que la deserción escolar trae consigo múltiples problemas sociales, los que se representan en el incremento de la delincuencia juvenil, la drogadicción, y el ahondamiento de los niveles de pobreza.
Es cierto que conseguir un bono millonario a los 16 años es fantástico, pero los daños que recibe la sociedad por la deserción escolar son peores. ¡Pongamos controles!
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