Por Norys Sánchez
Ha cobrado notoriedad la afirmación de algunos religiosos que aseguran haber curado homosexuales a través de la oración. Incluso existen terapeutas que siguen la terapia de conversión o “reparativa”, y hasta atestiguan haber cambiado la orientación sexual de sus pacientes.
Muchas de estas afirmaciones son de personas que condenan la homosexualidad o la etiquetan de enfermedad.
Opiniones de psicólogos, psiquiatras y otros profesionales de la salud mental concuerdan en que la homosexualidad no es una enfermedad, ni un trastorno mental mucho menos un problema emocional.
De hecho, asociaciones reconocidas como la American Association for Marriage and Family Therapy sostiene que la homosexualidad no es una enfermedad , y por esto no existe ninguna base para tratamientos de “curación”.
Por su lado, la Asociación Americana de Psicología está preocupada por dichas terapias y el posible daño a los pacientes. Advierte que no hay seguimiento al resultado del tratamiento ni informes al respecto, lo cual sería el estándar para probar la validez de cualquier intervención de salud mental.
Un poco de historia
En 1973, la Asociación Americana de Psiquiatría confirmó la importancia de una investigación nueva y mejor diseñada y suprimió a la homosexualidad del manual oficial que detalla los trastornos mentales y emocionales. Dos años después, dicha entidad promulgó una resolución apoyando esta supresión.
La Asociación Americana de Psicología aún está preocupada por las terapias de conversión y el posible daño a los pacientes. En 1997, el Consejo de Representantes de la Asociación promulgó una resolución que reafirma la oposición de la psicología a la homofobia en el tratamiento, y explicó el derecho de un cliente a un tratamiento imparcial y a la autodeterminación.
Cualquier persona que ingresa en terapia para lidiar con problemas de orientación sexual tiene derecho a esperar que dicha terapia se realice en un entorno profesionalmente neutral, sin ningún prejuicio social, conforme la fuente.
Más de 35 años de investigación científica objetiva y bien diseñada han demostrado que la homosexualidad, en sí, no se asocia con trastornos mentales ni problemas emocionales o sociales. Se creía que la homosexualidad era una enfermedad mental porque los psiquiatras y la sociedad tenían información tendenciosa.
En el pasado, los estudios sobre personas gays, lesbianas y bisexuales incluían sólo aquellos bajo terapia, creando así una tendencia en las conclusiones resultantes. Cuando los investigadores examinaron los datos sobre dichas personas que no estaban bajo terapia, se descubrió rápidamente que la idea de que la homosexualidad era una enfermedad mental no era cierta. Durante más de 25 años, ambas asociaciones solicitaron a todos los profesionales de la salud mental que ayudaran a disipar el estigma de enfermedad mental que algunas personas todavía asociaban con la orientación homosexual.
Testimonios de vida
Sebastián
El hecho de que yo elija “dejar de ser gay” no hace que yo deje de serlo. Sería lo mismo que decir, “a partir de hoy no soy de ojos marrones, soy de ojos azules.” Cierto, puedes usar lentes de contacto azules para ocultar tus ojos oscuros, pero tus ojos seguirán siendo marrones. Naciste con los ojos marrones y seguirás teniendo los ojos marrones. Esa es tu naturaleza, así naciste. Lo mismo ocurre con la homosexualidad y la heterosexualidad. La persona nace gay o heterosexual.
Nadie elige, en ningún momento, cual será su orientación sexual. ¿O acaso los heterosexuales en algún instante de su vida decidieron ser heterosexuales? Se pregunta Sebastián.
Está convencido de que una persona gay que dice haberse “curado”, de su homosexualidad, sólo está reprimiendo su realidad y negando su verdadera identidad por temor a ser rechazado o discriminado por la sociedad. “Estos individuos que proclaman haber sido “curados” de la homosexualidad terminan viviendo una mentira y engañándose a sí mismos”, enfatiza.
Siente tristeza y considera lamentable, a la vez peligroso, que existan personas en pleno siglo 21 que piensen que una persona homosexual se pueda “curar” y “convertirse” en heterosexual. “Estas personas que pasan por un proceso de “curación” al final terminan viviendo una mentira, casándose con una mujer, y esto es un grave error”, señala.
“Me molesta mucho que se utilice la palabra “curar”, eso implica que la homosexualidad es una enfermedad cuando no lo es. La homosexualidad es natural, tal y como lo es la heterosexualidad. Siento lástima y mucha pena por las personas que tienen que recurrir a estos centros de “transformación”, para poder sentir que encajan en el molde obsoleto de muchas sociedades y culturas.
Josué
Josué precisa aclarar que la homosexualidad no es algo que se puede “curar”, y empezar la discusión del tema con esa premisa lo convierte en un tema parcial. La homosexualidad es un estado natural, tal y como lo es la heterosexualidad. Ninguna de estas posiciones son definidas por el tipo de sexo que uno realiza. Como hombre gay, te aseguro que podría tener un acto sexual con una mujer y esto no me haría heterosexual.
“Soy gay, porque mi naturaleza me lleva a formar una relación amorosa con otro hombre. Yo no creo que se pueda cambiar la naturaleza de una persona homosexual, tal y como no se puede cambiar la naturaleza de una persona heterosexual. Su comportamiento se puede cambiar, pero no su naturaleza”, subraya Josué al ser abordado sobre el tema.
Leila
A sus 18 años, Leila sorprendió a sus padres presentándole a su pareja sentimental: Anabelle. Ellos aceptaron su relación aunque a decir verdad no se lo esperaban. Cinco años después, Leila conoció a Felipe y ambos se sintieron tan atraídos el uno al otro que Leila decidió romper su relación con Anabelle. Tiempo después Felipe y Leila se casaron. Han transcurrido ya 10 años. Siguen casados y tienen dos hijos. Desde el punto de vista psicológico esto puede suceder. Leila, como otras a su edad, estuvo confundida sobre su identidad sexual lo que no significa, según los profesionales, que se haya arrepentido de ser o no ser lesbiana. Sencillamente, ella nunca lo fue. Este tipo de conducta puede dar pie al término ex gay.
Colegio Médico Americano
El Colegio Médico Americano sostiene que el centro educativo se opone a la “conversión” o “re-orientación” de personas homosexuales. La misma opinión la comparten la respetada organización American Psychological Association (APA), la que dice en su portal web que la “homosexualidad no es una enfermedad. No requiere tratamiento y no puede cambiarse.” La APA, como es conocida por sus siglas en inglés, dice estar “preocupada”, por las personas que participan en “terapias de conversión” y el “daño” que éstas causan en los que participan.
De todo ello, se desprende que la persona homosexual nace homosexual y morirá homosexual. La homosexualidad no es una enfermedad y por ende, no se debe utilizar la expresión de “cura.” Cualquier homosexual que diga que ha sido “curado” o “convertido”, está viviendo una mentira y se está engañando a sí mismo. Estas “conversiones” hacen mucho más daño que bien.
Qué es la orientación sexual
Según la American Psychological Association, la orientación sexual es una atracción emocional, romántica, sexual o afectiva y duradera hacia otros. Se distingue fácilmente de otros componentes de la sexualidad que incluyen sexo biológico, identidad sexual (el sentido psicológico de ser hombre o mujer) y el rol social del sexo (respeto de las normas culturales de conducta femenina y masculina).
La orientación sexual va desde la heterosexualidad exclusiva hasta la homosexualidad exclusiva e incluye diversas formas de bisexualidad. Las personas bisexuales pueden experimentar una atracción sexual, emocional y afectiva hacia personas de su mismo sexo y del sexo opuesto. A las personas con una orientación homosexual se las denomina a veces gay (tanto hombres como mujeres) o lesbianas (sólo a las mujeres).
La orientación sexual es diferente de la conducta sexual porque se refiere a los sentimientos y al concepto de uno mismo. Existen muchas teorías acerca de los orígenes de la orientación sexual de una persona. La mayoría de los científicos en la actualidad acuerdan que la orientación sexual es más probablemente el resultado de una interacción compleja de factores biológicos, cognitivos y del entorno. En la mayoría de las personas, la orientación sexual se moldea a una edad temprana. Además, hay pruebas importantes recientes que sugieren que la biología, incluidos los factores hormonales, genéticos o innatos, desempeñan un papel importante en la sexualidad de una persona.
Según la misma fuente “es importante reconocer que existen probablemente muchos motivos para la orientación sexual de una persona y los motivos pueden ser diferentes”. Sostiene que los seres humanos no pueden elegir ser gay o heterosexuales. Para la mayoría de las personas, la orientación sexual surge a principios de la adolescencia sin ninguna experiencia sexual previa. Si bien podemos elegir actuar de acuerdo con nuestros sentimientos, los psicólogos no consideran la orientación sexual una elección consciente que pueda cambiarse voluntariamente.
Aún cuando la mayoría de los homosexuales viven vidas felices y exitosas, algunas personas homosexuales o bisexuales pueden buscar un cambio en su orientación sexual a través de la terapia, a menudo como resultado de la presión por parte de miembros de su familia o grupos religiosos. La realidad es que la homosexualidad no es una enfermedad, no requiere tratamiento y no puede cambiarse. Sin embargo, no todas las personas gay, lesbianas y bisexuales que buscan la ayuda de un profesional de salud mental desean cambiar su orientación sexual. Las personas gay, lesbianas y bisexuales pueden buscar ayuda psicológica con el proceso de la revelación de su orientación sexual o el desarrollo de estrategias para lidiar con el prejuicio, pero la mayoría opta por la terapia por los mismos motivos y problemas de la vida que conducen a las personas heterosexuales a la consulta de los profesionales de la salud mental.
Jorge Diep: ¿ex gay?
Y a propósito de ex gay, se recuerda cuando el diseñador dominicano declaró a los medios de comunicación estar retirado de toda práctica homosexual desde el día que decidió seguir a Cristo. Muchos interpretaron que había dejado de ser gay. En su momento declaró que había rechazado la amistad y los servicios sexuales de Oscar Pérez (Yandel) principal acusado de asesinar al comunicador Claudio Nasco. Narró que esa persona fue a su casa con un amigo suyo conocido por prestar servicios sexuales. “Muchas veces, los gays somos curiosos y andamos buscando aventuras y placer y no siempre los resultados son los mejores”, dijo Diep. A la vez de hacer un llamado a los homosexuales a quienes pidió no exponerse a ese tipo de situaciones.
Está claro que el diseñador es gay aunque haya decidido seguir a Cristo con todo lo que ello implica. En definitiva, no hay suficientes pruebas científicas para asegurar que la orientación sexual pueda cambiarse.
No se trata de una conducta aprendida
Es relativamente simple responder que numerosas conductas son aprendidas: el manejo de una lengua o de un automóvil, por ejemplo. Y que otras vienen con nosotros, como el parpadeo periódico o la huída ante el edificio que se incendia.
De acuerdo al sexólogo y terapeuta familiar y de pareja, Ramón Emilio Almánzar, del Centro Vida y Familia, existen opiniones encontradas respecto al tema de la homosexualidad. Actualmente la posición de la sexología es que la homosexualidad no es una enfermedad, ni una moda, ni algo que una persona decide ser.
Científicamente no hay una posición concreta respecto al origen de la sexualidad, pero la postura de que se nace homosexual tiene muchos argumentos biológicamente válidos. Esto corrobora con los testimonios de personas homosexuales que plantean que desde pequeños sienten los impulsos hacia personas de su mismo sexo.
“Hay que aclarar que, hay personas que asumen una conducta homosexual, aunque su preferencia sexual no sea homosexual. Cuando se da este caso, es muy probable que se trate de personas que han sido abusadas sexualmente en la infancia o adolescencia por una persona de su mismo sexo, y aprendiera a vivir la sexualidad de esta manera, no siendo este el caso de personas que nunca han sido abusadas y desde pequeñas siente la inclinación hacia personas de su mismo sexo”, comentó el especialista.
Tomando en cuenta todo esto, se puede plantear que no se puede ser exhomosexual, puesto que no es algo que se decide, sino una preferencia sexual biológicamente establecida. Por otro lado, cuando hablamos de una persona que con un proceso terapéutico trabajó un abuso sexual que le planteó una conducta homosexual, pues en estos casos las personas podrían comenzar a replantear su conducta sexual. Siempre es bueno hacer esta diferencia.
Como todo lo que es de carácter innato, la orientación sexual no puede cambiarse, al igual que no puedes cambiar tu altura o color de piel o de tus ojos. |
Muchas de estas afirmaciones son de personas que condenan la homosexualidad o la etiquetan de enfermedad.
Opiniones de psicólogos, psiquiatras y otros profesionales de la salud mental concuerdan en que la homosexualidad no es una enfermedad, ni un trastorno mental mucho menos un problema emocional.
De hecho, asociaciones reconocidas como la American Association for Marriage and Family Therapy sostiene que la homosexualidad no es una enfermedad , y por esto no existe ninguna base para tratamientos de “curación”.
Por su lado, la Asociación Americana de Psicología está preocupada por dichas terapias y el posible daño a los pacientes. Advierte que no hay seguimiento al resultado del tratamiento ni informes al respecto, lo cual sería el estándar para probar la validez de cualquier intervención de salud mental.
Un poco de historia
En 1973, la Asociación Americana de Psiquiatría confirmó la importancia de una investigación nueva y mejor diseñada y suprimió a la homosexualidad del manual oficial que detalla los trastornos mentales y emocionales. Dos años después, dicha entidad promulgó una resolución apoyando esta supresión.
La Asociación Americana de Psicología aún está preocupada por las terapias de conversión y el posible daño a los pacientes. En 1997, el Consejo de Representantes de la Asociación promulgó una resolución que reafirma la oposición de la psicología a la homofobia en el tratamiento, y explicó el derecho de un cliente a un tratamiento imparcial y a la autodeterminación.
Cualquier persona que ingresa en terapia para lidiar con problemas de orientación sexual tiene derecho a esperar que dicha terapia se realice en un entorno profesionalmente neutral, sin ningún prejuicio social, conforme la fuente.
Más de 35 años de investigación científica objetiva y bien diseñada han demostrado que la homosexualidad, en sí, no se asocia con trastornos mentales ni problemas emocionales o sociales. Se creía que la homosexualidad era una enfermedad mental porque los psiquiatras y la sociedad tenían información tendenciosa.
En el pasado, los estudios sobre personas gays, lesbianas y bisexuales incluían sólo aquellos bajo terapia, creando así una tendencia en las conclusiones resultantes. Cuando los investigadores examinaron los datos sobre dichas personas que no estaban bajo terapia, se descubrió rápidamente que la idea de que la homosexualidad era una enfermedad mental no era cierta. Durante más de 25 años, ambas asociaciones solicitaron a todos los profesionales de la salud mental que ayudaran a disipar el estigma de enfermedad mental que algunas personas todavía asociaban con la orientación homosexual.
Testimonios de vida
Sebastián
El hecho de que yo elija “dejar de ser gay” no hace que yo deje de serlo. Sería lo mismo que decir, “a partir de hoy no soy de ojos marrones, soy de ojos azules.” Cierto, puedes usar lentes de contacto azules para ocultar tus ojos oscuros, pero tus ojos seguirán siendo marrones. Naciste con los ojos marrones y seguirás teniendo los ojos marrones. Esa es tu naturaleza, así naciste. Lo mismo ocurre con la homosexualidad y la heterosexualidad. La persona nace gay o heterosexual.
Nadie elige, en ningún momento, cual será su orientación sexual. ¿O acaso los heterosexuales en algún instante de su vida decidieron ser heterosexuales? Se pregunta Sebastián.
Está convencido de que una persona gay que dice haberse “curado”, de su homosexualidad, sólo está reprimiendo su realidad y negando su verdadera identidad por temor a ser rechazado o discriminado por la sociedad. “Estos individuos que proclaman haber sido “curados” de la homosexualidad terminan viviendo una mentira y engañándose a sí mismos”, enfatiza.
Siente tristeza y considera lamentable, a la vez peligroso, que existan personas en pleno siglo 21 que piensen que una persona homosexual se pueda “curar” y “convertirse” en heterosexual. “Estas personas que pasan por un proceso de “curación” al final terminan viviendo una mentira, casándose con una mujer, y esto es un grave error”, señala.
“Me molesta mucho que se utilice la palabra “curar”, eso implica que la homosexualidad es una enfermedad cuando no lo es. La homosexualidad es natural, tal y como lo es la heterosexualidad. Siento lástima y mucha pena por las personas que tienen que recurrir a estos centros de “transformación”, para poder sentir que encajan en el molde obsoleto de muchas sociedades y culturas.
Josué
Josué precisa aclarar que la homosexualidad no es algo que se puede “curar”, y empezar la discusión del tema con esa premisa lo convierte en un tema parcial. La homosexualidad es un estado natural, tal y como lo es la heterosexualidad. Ninguna de estas posiciones son definidas por el tipo de sexo que uno realiza. Como hombre gay, te aseguro que podría tener un acto sexual con una mujer y esto no me haría heterosexual.
“Soy gay, porque mi naturaleza me lleva a formar una relación amorosa con otro hombre. Yo no creo que se pueda cambiar la naturaleza de una persona homosexual, tal y como no se puede cambiar la naturaleza de una persona heterosexual. Su comportamiento se puede cambiar, pero no su naturaleza”, subraya Josué al ser abordado sobre el tema.
Leila
A sus 18 años, Leila sorprendió a sus padres presentándole a su pareja sentimental: Anabelle. Ellos aceptaron su relación aunque a decir verdad no se lo esperaban. Cinco años después, Leila conoció a Felipe y ambos se sintieron tan atraídos el uno al otro que Leila decidió romper su relación con Anabelle. Tiempo después Felipe y Leila se casaron. Han transcurrido ya 10 años. Siguen casados y tienen dos hijos. Desde el punto de vista psicológico esto puede suceder. Leila, como otras a su edad, estuvo confundida sobre su identidad sexual lo que no significa, según los profesionales, que se haya arrepentido de ser o no ser lesbiana. Sencillamente, ella nunca lo fue. Este tipo de conducta puede dar pie al término ex gay.
Colegio Médico Americano
El Colegio Médico Americano sostiene que el centro educativo se opone a la “conversión” o “re-orientación” de personas homosexuales. La misma opinión la comparten la respetada organización American Psychological Association (APA), la que dice en su portal web que la “homosexualidad no es una enfermedad. No requiere tratamiento y no puede cambiarse.” La APA, como es conocida por sus siglas en inglés, dice estar “preocupada”, por las personas que participan en “terapias de conversión” y el “daño” que éstas causan en los que participan.
De todo ello, se desprende que la persona homosexual nace homosexual y morirá homosexual. La homosexualidad no es una enfermedad y por ende, no se debe utilizar la expresión de “cura.” Cualquier homosexual que diga que ha sido “curado” o “convertido”, está viviendo una mentira y se está engañando a sí mismo. Estas “conversiones” hacen mucho más daño que bien.
Qué es la orientación sexual
Según la American Psychological Association, la orientación sexual es una atracción emocional, romántica, sexual o afectiva y duradera hacia otros. Se distingue fácilmente de otros componentes de la sexualidad que incluyen sexo biológico, identidad sexual (el sentido psicológico de ser hombre o mujer) y el rol social del sexo (respeto de las normas culturales de conducta femenina y masculina).
La orientación sexual va desde la heterosexualidad exclusiva hasta la homosexualidad exclusiva e incluye diversas formas de bisexualidad. Las personas bisexuales pueden experimentar una atracción sexual, emocional y afectiva hacia personas de su mismo sexo y del sexo opuesto. A las personas con una orientación homosexual se las denomina a veces gay (tanto hombres como mujeres) o lesbianas (sólo a las mujeres).
La orientación sexual es diferente de la conducta sexual porque se refiere a los sentimientos y al concepto de uno mismo. Existen muchas teorías acerca de los orígenes de la orientación sexual de una persona. La mayoría de los científicos en la actualidad acuerdan que la orientación sexual es más probablemente el resultado de una interacción compleja de factores biológicos, cognitivos y del entorno. En la mayoría de las personas, la orientación sexual se moldea a una edad temprana. Además, hay pruebas importantes recientes que sugieren que la biología, incluidos los factores hormonales, genéticos o innatos, desempeñan un papel importante en la sexualidad de una persona.
Según la misma fuente “es importante reconocer que existen probablemente muchos motivos para la orientación sexual de una persona y los motivos pueden ser diferentes”. Sostiene que los seres humanos no pueden elegir ser gay o heterosexuales. Para la mayoría de las personas, la orientación sexual surge a principios de la adolescencia sin ninguna experiencia sexual previa. Si bien podemos elegir actuar de acuerdo con nuestros sentimientos, los psicólogos no consideran la orientación sexual una elección consciente que pueda cambiarse voluntariamente.
Aún cuando la mayoría de los homosexuales viven vidas felices y exitosas, algunas personas homosexuales o bisexuales pueden buscar un cambio en su orientación sexual a través de la terapia, a menudo como resultado de la presión por parte de miembros de su familia o grupos religiosos. La realidad es que la homosexualidad no es una enfermedad, no requiere tratamiento y no puede cambiarse. Sin embargo, no todas las personas gay, lesbianas y bisexuales que buscan la ayuda de un profesional de salud mental desean cambiar su orientación sexual. Las personas gay, lesbianas y bisexuales pueden buscar ayuda psicológica con el proceso de la revelación de su orientación sexual o el desarrollo de estrategias para lidiar con el prejuicio, pero la mayoría opta por la terapia por los mismos motivos y problemas de la vida que conducen a las personas heterosexuales a la consulta de los profesionales de la salud mental.
Jorge Diep: ¿ex gay?
Y a propósito de ex gay, se recuerda cuando el diseñador dominicano declaró a los medios de comunicación estar retirado de toda práctica homosexual desde el día que decidió seguir a Cristo. Muchos interpretaron que había dejado de ser gay. En su momento declaró que había rechazado la amistad y los servicios sexuales de Oscar Pérez (Yandel) principal acusado de asesinar al comunicador Claudio Nasco. Narró que esa persona fue a su casa con un amigo suyo conocido por prestar servicios sexuales. “Muchas veces, los gays somos curiosos y andamos buscando aventuras y placer y no siempre los resultados son los mejores”, dijo Diep. A la vez de hacer un llamado a los homosexuales a quienes pidió no exponerse a ese tipo de situaciones.
Está claro que el diseñador es gay aunque haya decidido seguir a Cristo con todo lo que ello implica. En definitiva, no hay suficientes pruebas científicas para asegurar que la orientación sexual pueda cambiarse.
No se trata de una conducta aprendida
Es relativamente simple responder que numerosas conductas son aprendidas: el manejo de una lengua o de un automóvil, por ejemplo. Y que otras vienen con nosotros, como el parpadeo periódico o la huída ante el edificio que se incendia.
De acuerdo al sexólogo y terapeuta familiar y de pareja, Ramón Emilio Almánzar, del Centro Vida y Familia, existen opiniones encontradas respecto al tema de la homosexualidad. Actualmente la posición de la sexología es que la homosexualidad no es una enfermedad, ni una moda, ni algo que una persona decide ser.
Científicamente no hay una posición concreta respecto al origen de la sexualidad, pero la postura de que se nace homosexual tiene muchos argumentos biológicamente válidos. Esto corrobora con los testimonios de personas homosexuales que plantean que desde pequeños sienten los impulsos hacia personas de su mismo sexo.
“Hay que aclarar que, hay personas que asumen una conducta homosexual, aunque su preferencia sexual no sea homosexual. Cuando se da este caso, es muy probable que se trate de personas que han sido abusadas sexualmente en la infancia o adolescencia por una persona de su mismo sexo, y aprendiera a vivir la sexualidad de esta manera, no siendo este el caso de personas que nunca han sido abusadas y desde pequeñas siente la inclinación hacia personas de su mismo sexo”, comentó el especialista.
Tomando en cuenta todo esto, se puede plantear que no se puede ser exhomosexual, puesto que no es algo que se decide, sino una preferencia sexual biológicamente establecida. Por otro lado, cuando hablamos de una persona que con un proceso terapéutico trabajó un abuso sexual que le planteó una conducta homosexual, pues en estos casos las personas podrían comenzar a replantear su conducta sexual. Siempre es bueno hacer esta diferencia.
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