Ministro de Cultura habló de cobro de entradas a feria y de cambio de sede para Sans Soucí
POR ALFONSO QUIÑONES
SANTO DOMINGO. El anuncio de cambios en la feria internacional del libro, hecho por el ministro de Cultura José Antonio Rodríguez durante una visita a la Biblioteca Nacional, ha suscitado distintas reacciones.
Para el intelectual Manuel Núñez, es una muy mala decisión, sin ningún tipo de justificación. "Hay que fomentar la lectura; no puede llegarse a un criterio elitista, porque hasta allí sólo podría llegar un pequeño grupo, que pagaría para ir. Al contrario, el acceso al libro debe extenderse lo más posible, la lectura hace que la persona se convierta en el motor de la inteligencia y un factor de cambio social, por eso me parece inadecuada la decisión y en contra de la filosofia del presidente de la República. Lo que haríamos es desligitimar la propia acción cultural. Me parece una decisión absurda, impropia, inadecuada e inoportuna", expresó a DL.
Por su parte, Mario Dávalos, escritor y director de la editorial CapitalBooks afirmó: "Creo en las buenas intenciones del ministro y desde el punto de vista de la economía de la cultura, quizás anden buscando una manera de hacerla autofinanciada. El cambio de lugar me parece bien. Pero el cobro de entrada puede ser que restrinja la cantidad de gente que pueda tener acceso a esto. Sería contraproducente con el espíritu de la feria del libro. Es un evento de patrimonio público", argumentó.
Buscamos un consenso...
El ministro de Cultura José Antonio Rodríguez, declaró que fue sorprendido en su buena fe. "Hice una visita de cortesía a la Biblioteca Nacional, y en ningún momento pensé que el relacionista era un periodista, lo que hice fue invitar a Diógenes a participar del comité que se está gestando para la reingeniería de la feria del libro, que está integrado por libreros, intelectuales, etc. Es decir, estamos buscando un consenso. Y nunca pensé que lo hablado allí, que apenas son ideas que estamos moviendo, iban a salir publicadas como una nota de prensa y con aseveraciones que dan por hecho algo que apenas está en ciernes".
"Cada vez que llueve la feria del libro se convierte en un caos, no hay donde guarecerse. En Sans Soucí, está bajo techo, con aire acondicionado, y obliga a que no haya una competencia entre pabellones, es el libro por el libro. Tenemos allí el escenario natural por excelencia, pues el río tendría un papel de importancia en los atractivos de la feria. A la feria llegan los autobuses, y eso no se elimina. Van a llegar allí con más parqueo y más control. La Feria del Libro tendría hasta el control de la gastronomía. Hay que gastar en la gente, en el libro, no en los pabellones" adujo el ministro.
"El Ministerio está buscando trabajar con otros ministerios, no para que hagan un pabellón, sino para que se sumen a esta voluntad de convertir el libro en el centro mismo, por ejemplo, la mochila del libro, con ediciones de bajo costo que se regalarían a estudiantes y bibliotecas. La calidad de los invitados no se va a bajar", explicó.
"Es muy difícil cambiar la mentalidad de la gente. Es más fácil el no, y soy un enemigo de lo usual. Lo usual lo que me permite es el estancamiento. Si no se logra convencer a los verdaderos protagonistas de la feria, seguiremos haciendo del espectáculo el centro de la cultura para atraer la gente al libro, que es lo que ha estado sucediendo", concluyó.
POR ALFONSO QUIÑONES
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| José Antonio Rodríguez |
SANTO DOMINGO. El anuncio de cambios en la feria internacional del libro, hecho por el ministro de Cultura José Antonio Rodríguez durante una visita a la Biblioteca Nacional, ha suscitado distintas reacciones.
Para el intelectual Manuel Núñez, es una muy mala decisión, sin ningún tipo de justificación. "Hay que fomentar la lectura; no puede llegarse a un criterio elitista, porque hasta allí sólo podría llegar un pequeño grupo, que pagaría para ir. Al contrario, el acceso al libro debe extenderse lo más posible, la lectura hace que la persona se convierta en el motor de la inteligencia y un factor de cambio social, por eso me parece inadecuada la decisión y en contra de la filosofia del presidente de la República. Lo que haríamos es desligitimar la propia acción cultural. Me parece una decisión absurda, impropia, inadecuada e inoportuna", expresó a DL.
Por su parte, Mario Dávalos, escritor y director de la editorial CapitalBooks afirmó: "Creo en las buenas intenciones del ministro y desde el punto de vista de la economía de la cultura, quizás anden buscando una manera de hacerla autofinanciada. El cambio de lugar me parece bien. Pero el cobro de entrada puede ser que restrinja la cantidad de gente que pueda tener acceso a esto. Sería contraproducente con el espíritu de la feria del libro. Es un evento de patrimonio público", argumentó.
Buscamos un consenso...
El ministro de Cultura José Antonio Rodríguez, declaró que fue sorprendido en su buena fe. "Hice una visita de cortesía a la Biblioteca Nacional, y en ningún momento pensé que el relacionista era un periodista, lo que hice fue invitar a Diógenes a participar del comité que se está gestando para la reingeniería de la feria del libro, que está integrado por libreros, intelectuales, etc. Es decir, estamos buscando un consenso. Y nunca pensé que lo hablado allí, que apenas son ideas que estamos moviendo, iban a salir publicadas como una nota de prensa y con aseveraciones que dan por hecho algo que apenas está en ciernes".
"Cada vez que llueve la feria del libro se convierte en un caos, no hay donde guarecerse. En Sans Soucí, está bajo techo, con aire acondicionado, y obliga a que no haya una competencia entre pabellones, es el libro por el libro. Tenemos allí el escenario natural por excelencia, pues el río tendría un papel de importancia en los atractivos de la feria. A la feria llegan los autobuses, y eso no se elimina. Van a llegar allí con más parqueo y más control. La Feria del Libro tendría hasta el control de la gastronomía. Hay que gastar en la gente, en el libro, no en los pabellones" adujo el ministro.
"El Ministerio está buscando trabajar con otros ministerios, no para que hagan un pabellón, sino para que se sumen a esta voluntad de convertir el libro en el centro mismo, por ejemplo, la mochila del libro, con ediciones de bajo costo que se regalarían a estudiantes y bibliotecas. La calidad de los invitados no se va a bajar", explicó.
"Es muy difícil cambiar la mentalidad de la gente. Es más fácil el no, y soy un enemigo de lo usual. Lo usual lo que me permite es el estancamiento. Si no se logra convencer a los verdaderos protagonistas de la feria, seguiremos haciendo del espectáculo el centro de la cultura para atraer la gente al libro, que es lo que ha estado sucediendo", concluyó.
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