Local donde funciona un cabaret sirve de escuela

Los comunitarios exigen una solución rápida a la situación.

Santiago. Cerca de mil estudiantes de la escuela José Ignacio Mendoza, en Palmar Arriba, Villa González, reciben docencia en un local que de noche funciona como cabaret.Cansados de esta situación, la comunidad   protestó ayer frente a la regional de Educación para demandar la construcción de una escuela.

Maestros, padres, alumnos y deportistas se presentaron con pancartas y lanzando consignas para hacer valer sus reclamos. Tony Rafael Parra, quien imparte docencia, dijo que al menos mil alumnos reciben clases hasta en ranchetas y en espacios alquilados y quedarán en las calles debido a que Educación dejó de pagar a los propietarios de los establecimientos.

Desde el pasado jueves, la comunidad decidió cerrar la escuela y parar todas las actividades educativas por tiempo indefinido, en demanda de que el Gobierno  incluya en el plan nacional de construcción de nuevas aulas ese centro educativo. “Nosotros nos merecemos también estar incluidos en el cuatro por ciento para educación”, era de las consignas lanzadas por los manifestantes.

Varios agentes policiales fueron apostados en el entorno del edificio para impedir que los manifestantes subieran al tercer nivel donde están las oficinas de Educación.

Wilfredo Martínez, representante de la Iglesia católica, dijo que la escuela de la comunidad solo tiene capacidad para 600 alumnos, por lo que el resto tuvo que ser diseminado en los espacios alquilados y pagados con aportes de la misma comunidad.

Malas condiciones

La sociedad de padres y amigos, así como los educadores y juntas de vecinos de Palmar Arriba decidieron sumarse al paro. Consideran que ahora que el presidente de la República, Danilo Medina,  ordenó la construcción de más de 10 mil aulas, es necesario que a Palmar Arriba de Villa González se le tome en cuenta.

Sostiene que en esas condiciones no se puede impartir docencia, ya que los dos locales que tenían alquilados, entre estos  un centro de diversión nocturna,  sus propietarios decidieron cerrarlo por falta de pago.  Hasta el momento la comunidad solo ha recibido promesas de las autoridades educativas, por lo que ahora esperan soluciones.

En la iglesia evangélica donde ofrecen docencia, el pastor les informó que debían desalojar el templo, debido a que iniciarían los trabajos de remodelación.
En el centro recreativo Natividad, cabaret que fue cerrado recientemente, funcionaban dos cursos, el tercero y cuarto de primaria.

Algunos padres de familia de esa comunidad, indignados profundamente con la situación, amenazan con destruir el plantel o dejar de enviar sus hijos a la escuela hasta tanto se resuelva el problema.

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Editor Gazcue es Arte

Master en Educación Superior mención Docencia, Licenciado en Comunicación Social, Técnico Superior en Bibliotecología y Diplomado en Ciencias Políticas, Columnista del periodico El Nuevo Diario

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