De Manuel Arturo Pellerano, el novio de Sara Lucía, la afortunada nieta, la crónica calzada con la firma de Eduardo Verbo dice que “es un tipo con suerte, porque va a entroncar con este poderoso linaje que, ya pasadas las penurias, formó una de las mayores fortunas de las Antillas…”.
Pese quela boda será un “cónclave de millonarios”, el periodista de El Mundo afirma que los protagonistas de la boda han intentado llevarla “con sigilo”, ya que “prefieren la discreción a la vanagloria mediática”.
La boda, con más de mil invitados, “pretende convertirse en un cónclave de millonarios”, entre los que están “los orfebres Yanes, José Luis y su esposa, Manuela López… La empresaria Nuria March y su marido, José María Pasquín, director de Hackett en España, también serán testigos de las nupcias, así como algunos vecinos de Villaviciosa, tierra natal del ilustre apellido y donde los Corripio todavía mantienen una fabulosa residencia”,
De los afamados orfebres es la diadema que portará Sara Lucía, que la nota de Verbo califica de “impresionante diadema que la joyería española ha creado para la ocasión”.
Pese que la boda será un “cónclave de millonarios”, el periodista de El Mundo afirma que los protagonistas han intentado llevarla “con sigilo”, ya que “prefieren la discreción a la vanagloria mediática”.
La crónica aprovecha para hacer la apología de los Corripio y pone un tinte meloso cuando se refiere al bisabuelo de la desposada, heredera “del imperio familiar construido construido allende los mares por su bisabuelo Manuel. Con tan sólo 13 años, el patriarca del clan llegó a la ciudad bautizada por Colón como La Española desde la aldea asturiana de Arroes, en el municipio de Villaviciosa, huyendo del hambre y en busca de una vida mejor”.
De esas penurias iniciales ya no hay recuerdos. Fueron sustituidas por un emporio que incluye desde “empresas de construcción, tres periódicos nacionales, cadenas de televisión, dos emisoras de radio, fábricas de pinturas, concesionarios...”. Y para de contar, que los puntos suspensivos lo dicen todo, aunque bien pudiera agregarse, por lazos hasta ahora afectivos y quizá pronto de consanguinidad, el periódico Diario Libre.
“El deseo del abuelo ante el altar: que su nieta y su futuro esposo puedan celebrar las bodas de oro, como hizo él en 2013 en el Santuario de Covadonga. En su querida España y junto a la mujer de su vida: la asturiana Ana María”, concluye la crónica de El Mundo.
7dias.com.do
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