La importancia de las vacunas en la infancia

Las vacunas deben ser aplicadas por el pediatra, enfermera
o médico del infante, como una forma de prevención de
enfermedades como neumococo, sarampión y la gripe.

Desde el nacimiento hasta los 14 ó 16 años de edad, todos los niños deben vacunarse, para evitar padecer determinadas enfermedades, así como sus consecuencias y complicaciones.Las vacunas son productos biológicos que sirven para prevenir enfermedades infecciosas cuando nuestro organismo desarrolla defensas específicas contra ellas. Para enseñar al sistema inmunológico a defenderse, la vacuna contiene, en general, parte del microorganismo causante de la enfermedad o el germen entero, pero muerto o debilitado.

Una vez que el organismo ha producido anticuerpos contra los gérmenes modificados que contiene, estos anticuerpos protegerán al mismo frente a los gérmenes verdaderos causantes de la enfermedad, destruyéndolos y haciendo que no se desarrollen durante el crecimiento  del niño y en su adultez. Esta forma de reaccionar “aprendida”, proporciona inmunidad ante futuros encuentros con el microorganismo agresor, que desencadenará de nuevo la producción de anticuerpos defensores.

La vacunación es una de las medidas más eficaces para la prevención de las enfermedades. Actualmente, las vacunas que más se emplean son: hepatitis B, difteria, tétanos, tos ferina, polio, Haemophilus influenzae tipo b, meningococo C, neumococo, sarampión, rubeola, parotiditis o paperas, varicela, rotavirus, hepatitis A y gripe.

¿Cómo debe ser aplicada?

La vacunación debe ser controlada por el médico o pediatra. La primera vacunación infantil debe ser aplica en el centro sanitario donde ha nacido el bebé. Allí recibirá su primera dosis de la vacuna contra la hepatitis B. A partir de esta fecha, las vacunaciones se irán administrando a los dos meses de edad, a los cuatros meses, seis meses, 15 meses, 18 meses, cuatro años, 11 años y 14 años.

Los expertos aconsejan que las primeras dosis de las vacunas triple vírica y de la varicela se recomienda aplicarlas preferentemente a los 12 meses, aunque se considera aceptable entre los 12 y 15 meses de vida. Las segundas dosis de las vacunas triple vírica y de la varicela se exhortan darlas entre los dos a tres años de edad, pero con preferencia por los 2 años.

Otras dosis de vacunas que deben ser administradas con prudencia es la del meningococo C y al neumococo, la cual es aconsejable aplicarla entre los 12 a 15 meses de vida. También se recomienda la vacuna combinada de baja carga antigénica frente al tétanos, la difteria y la tos ferina Tdpa a los cuatro a seis años, siempre acompañada de otra dosis de Tdpa a los 11-14 años.

Pero una de las vacunas que deben ser reforzadas cada año es la antigripal, cuya primera dosis se aplica a partir de los seis meses de edad; al igual que la vacuna antihepatitis A (HA), la cual debe aplicarse dos dosis con un intervalo de 6-12 meses, a partir de los 12 meses de edad.

Un punto a tomar en cuenta es que como cualquier medicamento, algunas vacunas pueden producir alguna reacción en el bebé. Las más frecuentes son de tipo local, y se refieren al dolor, inflamación o enrojecimiento en el lugar de la inyección. En algunos casos, puede aparecer un poco de fiebre, normalmente moderada. l

Duración

La mayoría de las vacunas con una o varias dosis protegen del padecimiento de la enfermedad para toda la vida. Otras, como el tétanos y la difteria, necesitan dosis de refuerzo para recuperar la protección adecuada.

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Editor Gazcue es Arte

Master en Educación Superior mención Docencia, Licenciado en Comunicación Social, Técnico Superior en Bibliotecología y Diplomado en Ciencias Políticas, Columnista del periodico El Nuevo Diario

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